Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

No hay país en el mundo ni gobierno que no requiera de consejos y consejeros, sin embargo, dependerá de los consejeros la calidad, la profundidad y la eficiencia de los consejos que presten para quienes por su representatividad y por haber sido electos deben tomar las decisiones.

En este momento vemos como en Estados Unidos, tanto el Partido Republicano como el Partido Demócrata, encabezados por sus candidatos presidenciales y vicepresidenciales, se presentan ante la opinión pública en distintos foros y lugares abordando los temas de economía, de salarios mínimos, de empleo y por supuesto los temas de inmigración que serán determinantes en los próximos cuatro años de gobierno, independientemente de quien elija la mayoría del pueblo norteamericano.

De forma pública y en numerosos programas de comunicación social se mira a personas sumamente preparadas en opinar, analizar y también criticar cualquier expresión que sobre el futuro gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica emita uno de los candidatos a la Presidencia de la República.

Si eso sucede en el país más grande del mundo, con mayor razón sucede en los países pequeños, pero no vemos en Estados Unidos a los similares de Cámara de Comercio, de CACIF y a los órganos asesores como Fundesa, al Cien o programas de televisión como los de Canal Antigua, que pretendan decirle al gobierno qué hacer y qué no hacer, cómo hacerlo y cómo no hacerlo.

Nuestro subdesarrollo llega a tal extremo que con el argumento que esos sectores pagan impuestos, son ellos los que deben decidir qué impuestos pagan, olvidándose que la mayoría de los impuestos en Guatemala son indirectos y quienes más se apropian y no pagan impuestos son quienes no dan facturas, los que en su mayoría son comerciantes que no pagan Impuesto Sobre la Renta; entre más riqueza acumulan evaden el impuesto y también se olvidan que el costo de la canasta básica alimenticia en nuestro país es mucho más alto que en México y Centroamérica, demostrando el porqué la concentración de la riqueza.

El presidente Jimmy Morales, Jafeth Cabrera y su Gabinete de Gobierno deberían dejar constancia pública de quiénes opinan a favor o en contra de la carga tributaria, de las acciones de gobierno, para que así la totalidad del pueblo sepa quiénes son quienes activamente permiten o entorpecen que el país mejore.

La salud, la educación, la seguridad, la infraestructura, son responsabilidad del gobierno pero no pueden satisfacerse ni resolverse si la carga tributaria del país, producto de malos consejos, se mantiene como la más baja de América Latina.

¿Qué es lo que la mayoría de los guatemaltecos deseamos como futuro del país? Un Haití o un México, una Nicaragua o un Chile o un Perú, todo depende de las acciones y decisiones que el Ejecutivo, el Legislativo y el Poder Judicial tomen.

Como se puede comprobar, en los últimos 30 años de gobiernos, fue el gobierno que encabezó el Frente Republicano Guatemalteco el que mejores resultados logró, habiendo aumentado cuatro veces los salarios mínimos, habiendo controlado y decrecido los precios de la canasta básica alimenticia, habiendo reajustado la carga tributaria, en la mayoría de los casos sin contar con el apoyo de los grupos privados de poder, es esa la razón por la cual la mayoría de los ciudadanos continúan considerando a ese gobierno como el más popular y exitoso.

¡Guatemala es primero!

Artículo anteriorLa esperanza
Artículo siguientePrepotencia en la atención pública