“No podemos evitar lo que pasó y hay que darle vuelta a la página”. Esas fueron las palabras de Magdalena Talamás, representante del Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), en referencia a la ejecución de Julio René Alvarado que a sus 14 años fue atacado por la espalda por el “valiente” ejército beliceño. Con Alvarado, también fueron baleados su padre y su hermano menor.

Si el menor hubiera sido de apellidos Talamás o Almagro como el Secretario General, no creemos que su recomendación hubiera sido “darle vuelta a la página”, tal y como con un abrumador descaro lo hizo.

Por si los expertos de la OEA no lo han notado, son siempre los campesinos guatemaltecos los que han sido atacados a balazos por los beliceños que, además de todo, juegan el papel de víctimas cuando son simplemente asesinos. ¿Será que si un día un canciller con más atributos o el Ejército de Guatemala reaccionan de manera distinta, la recomendación será la misma?

Obviamente, la OEA que no sirve para nada se está dejando influenciar por el segundo de a bordo del Secretario Almagro, Néstor Méndez, quien era el embajador de Belice ante dicho ente y que recibió su puesto a cambio de los votos del Caribe para que el uruguayo asumiera.

Se sabe también que al canciller de Guatemala, Carlos Raúl Morales, se le ha ofrecido un puesto a cambio de votos y que Guatemala no presentará candidatura en dicho proceso. Morales ha dicho que no lo aceptará, pero le haría falta demostrar su compromiso con los guatemaltecos con una actitud mucho más activa y enérgica. ¿Y el embajador ante la OEA? Ponen la cara del país para que nos ofendan.

La diplomacia indica que se tienen que mantener reglas de convivencia entre los países. Pero no puede haber diplomacia cuando una de las partes es blandengue y la otra es radical. Es exactamente en ese punto en que las medidas se tienen que endurecer, principalmente, cuando el árbitro, que en este caso es la OEA, se las juega a favor de los beliceños.

En Guatemala estamos hartos de estas situaciones y no estamos dispuestos a pasar la página porque así como a Julio Alvarado, hace unos meses, hemos sufrido en muchos campesinos de la zona los abusos de este ejército beliceño que es bueno para balear a indefensos desarmados.

Ya va siendo hora que la reacción de Guatemala sea más acorde a las circunstancias y que no se permita que una organización regional que no sirve para nada, nos pida solo “cambiar de página”. ¿Para qué nos sirve la OEA?

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