Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

En nuestro país la salud se encuentra dividida en salud pública y salud privada. La pública es preventiva y curativa; la curativa es responsabilidad del Ministerio de Salud Pública y toda su infraestructura y del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social.

A nivel mundial, los médicos, los trabajadores de salud y los medicamentos y materiales quirúrgicos se han ido elevando en precios y costos.

Si no se es eficiente en la administración, la cual no es una especialidad de los médicos, los presupuestos y recursos que se deben de invertir son aún mayores.

La salud preventiva es mucho menos onerosa que la salud curativa, por ello el Ministerio de Salud Pública no puede ni debe dejar de invertir en campañas de prevención en contra del dengue, del paludismo, de la tuberculosis, del Sida, de las enfermedades diarreicas y por supuesto en la vacunación de los niños en contra de la viruela, el sarampión, la tosferina y en las niñas y mujeres en contra del cáncer de mama, de la matriz y otras varias enfermedades que se deben prevenir.

También en el hombre y en la mujer en general debe combatirse el tabaquismo, las drogas permitidas como el alcohol y las drogas no permitidas como la cocaína, la heroína y las drogas químicas.

Cada centavo que se invierte en prevenir significa por lo menos un quetzal que no se invierte en salud curativa, a su vez, la salud curativa pública debe de ser atendida en diferentes niveles, en los centros de salud responsabilidad del gobierno central y también de las municipalidades que reciben aportes constitucionales donde está establecida esa obligación. Por los hospitales departamentales en segundo lugar, por los hospitales nacionales en tercer nivel y en cuarto nivel por los hospitales de especialidad como el INCAN, UNAERC y similares.

Entre más alto es el nivel donde se atiende, más costosa es la consulta externa, la hospitalización y por supuesto la curación.

El Seguro Social, desde su fundación, se creó y fue responsable de prestaciones de salud. Inició por el programa general de accidentes, le siguió el programa de maternidad y coronó con el programa de enfermedad común para los afiliados, para sus esposas y en los primeros años para los hijos de dichos afiliados.

En la salud pública no se ha sabido planificar ni en la parte preventiva, ni en la parte curativa. Basta investigar cuáles son los programas preventivos, cuál fue la última vez que se descontaminó en contra del dengue, cómo se encuentra el agua potable, responsabilidad de todas las alcaldías del país, donde incluso hay alcaldes que no tienen agua potable con la excusa que el sabor o el olor no le gusta a la población.

La inversión en salud curativa es mala, veamos el número de hospitales que existe en el país y cuándo fueron construidos, cuál es su equipamiento y en cuanto a la prestación de los servicios médicos y de laboratorio, a pesar que la mayoría de los profesionales de la salud son “becados” con los impuestos en su formación en la Universidad de San Carlos y escuelas técnicas, su devolución de dicha beca es poco adecuada, lo que conlleva que no hayan suficientes médicos, enfermeras, laboratoristas, etc., por eso la deuda social hacia Cuba que desde hace años envía voluntarios médicos a los lugares más remotos del país.

¡Guatemala es primero!

Continuará

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