El sistema de impunidad que ha prevalecido en Guatemala facilita que gente sin escrúpulos se convierta en millonaria de la noche a la mañana gracias a su participación en política. El caso de la señora Roxana Baldetti, a quien le aparecen sociedades con capitales de decenas de millones es ilustrativo porque se trata de una mujer que no puede justificar de ninguna manera esa explosiva riqueza que le permitió convertirse en acaudalada propietaria de bienes inmuebles, de bienes muebles de gran ostentación y de acciones en otro tipo de negocios.

Se comenta que la señora Baldetti utilizó una sociedad para comprar acciones en Corporación de Noticias por una suma superior a los veinticinco millones de quetzales, aún a sabiendas de que la empresa no rendiría para recuperar la inversión, pero con la idea de utilizar el poder de los medios que edita para sus ambiciones políticas. De dónde salieron esos 25 millones de quetzales y qué se hicieron después de que el Presidente de Corporación de Noticias fuera despedido el día en que lo detuvieron son de los misterios que aún quedan por resolver en todo el escándalo.

El caso de esa inversión es importante porque demuestra la enorme importancia de que se conozca claramente la propiedad de los medios de comunicación, toda vez que se trata de empresas privadas que tienen influencia y poder en la sociedad por lo que no puede permitirse que inversiones millonarias se hagan a espaldas de la opinión pública para engañar a la gente. Es fundamental que los medios que criticamos severamente la opacidad de las actuaciones de los funcionarios, demos ejemplo de transparencia en cuanto a los intereses que hay alrededor de cada una de las empresas mercantiles a cargo de su divulgación.

El uso de testaferros y de sociedades con prestanombres es una práctica común, como se ha podido comprobar ahora que se destapan los negocios que tenía la Vicepresidenta que usaba a empleados de puestos menores para que dieran la cara. Quién y por qué se invierte en los medios de comunicación es fundamental para que los ciudadanos sepamos qué hay detrás de las opiniones o de las informaciones que se publican.

Explicitar la propiedad de los medios tendría que ser una obligación para prevenir que en el futuro puedan repetirse situaciones como la de la señora Baldetti y por sanidad del momento actual es fundamental que se establezca si sigue siendo dueña de algún medio o si simplemente le devolvieron su dinero para que vaya con su música a otra parte.

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