El tema del Presupuesto General de la Nación es, hoy por hoy, uno de los más importantes en el país y al respecto es fundamental que los dos candidatos que se disputarán la Presidencia en segunda vuelta emitan opinión informada que no sólo fije su postura respecto a cuestiones como la deuda pública y la calidad del gasto, sino también respecto a su visión del Estado y del tema fiscal. No hay otra cuestión que nos pueda permitir tener acceso tan diáfano a las diferencias que puedan existir entre Morales y Torres como lo que tiene que ver con ese asunto.

De entrada marcará también cuál es la visión que cada uno de ellos tiene sobre el papel del Congreso, porque tendrán que manifestarlo qué esperan que el Legislativo haga antes de que se venza el período para la aprobación del Presupuesto. Veremos si tienen la claridad y el liderazgo para exigir y comprometer a los diputados, porque de ello va a depender en gran medida el que en el futuro puedan hacer algo por el país.

Pero, además, nos puede servir el debate sobre el Presupuesto para entender la visión que tienen del tema fiscal, de la recaudación, de la calidad del gasto, del endeudamiento, del uso de los fondos públicos mediante instrumentos de opacidad como los fideicomisos y tantas otras cuestiones que tienen que ver puntualmente con el Presupuesto.

No pueden permanecer callados en esta coyuntura que es fundamental para el país y que tiene que servir al pueblo para aquilatar si los que aspiran a gobernar tienen el conocimiento, la capacidad, el liderazgo y la determinación de ser agentes de transformación en el país o si simplemente quieren seguir con el mismo machote de un sistema diseñado para alentar la corrupción mediante la manga ancha en el manejo de los exiguos recursos.

Hablar de presupuesto es hablar del futuro del país, del futuro del gobierno, al menos para el año que viene que es muy importante porque se supone que marcará la senda de lo que puede hacer quien se beneficie con el voto de un pueblo que sigue confiando en el sistema y que le sigue apostando a una “grata sorpresa”, no obstante que de esas hemos esperado siempre alguna sin el menor resultado.

En vez de discursos vacíos, ahora tienen la oportunidad de hacer algo que nos permita esclarecer opiniones sobre su capacidad y conocimiento de las cuestiones del país.

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