Juan de Dios Rojas

Vale decir demuestran interés superlativo en general, ocupar el codiciado solio que tanto ambicionan, lejos de servir al país, servirse ellos hasta donde ya no. Si quienes ya ocuparon el alto puesto en diversos períodos completos o no, amasan fortuna en condición alarmante y repudio poblacional debido a conocerse del saqueo desvergonzado del erario nacional a ojos vista.

Por encontrarnos en pleno movimiento preelectoral, sin temor a equivocarnos el candente estado de cosas refleja instantes equivalentes a rayos y centellas entre los citados presidenciables, que en buen chapín «no aguantan el genérico» que sean efectuados los comicios en mención. Se atacan ellos mismos, a extremo de decirse hasta de qué van a morir, así de sencillo, sin pena alguna.

Guatemaltecos de generaciones diversas, tengo la seguridad que en el presente los candidatos inscritos en la dependencia encargada de estos belenes, representan catorce, entre ellos dos damas. Respecto a la tendencia de los contendientes los tenemos de diversas ideologías, tendencias distintas. En resumen de todo hay un poco. Analistas tienen un campo propicio para dar su opinión.

Desde mi perspectiva, con varios años sobre mis hombros, puedo decir, sin esconder la mano, tampoco ocultar mi visión colectiva, que me ha sacado de mis casillas el hecho aludido de tanto aspirante. Las arcas ya en posesión del cargo quedan a su entera disposición. Que no vengan en la austeridad, honradez acrisolada, condición absoluta de su empeño por otra Guatemala mejor.

Impresiona también el dineral que circula durante el proceso electoral; de sobra sabemos que recurren a los financistas para su apoyo económico. Si antes fue bien disimulado, hoy por hoy tiene lugar a las claras ¿y qué? Tal compromiso resulta amistad a toda prueba, entendimiento que después en posición de triunfo sobreviene el desquite, ha quedado demostrado ya hasta la saciedad.

Sumas cuantiosas son el verdadero sostén de la promoción veleidosa de tinte político; verdaderos capitales deseables en realidad para atender los hospitales, compra de medicinas; combatir el hambre, miseria aquí y allá a la vuelta de la esquina, vivos ejemplos de condiciones urgidas de solucionar de inmediato; la generación de empleos en favor de los nuevos graduados cada año.

Siempre, lamentablemente los dirigentes políticos propugnan vencer a los rivales en mala lid, sin un ápice de honorabilidad que mantenga vigente la auténtica democracia, urge deje de ser solamente palabras que el viento se las lleva de inmediato, necesitamos acciones reales, limpias como el sostén indispensable en el campo político, libre de solo politiquerías mafiosas.

El deseo sincero de los connacionales bien nacidos tiene consistencia en el desarrollo correcto, ejemplar, demostrativo de los propios chapines. Y por supuesto hay plurales anhelos fervientes que los observadores extranjeros que tienen el encargo de presenciar personalmente el desarrollo correcto de las elecciones generales del 6 de septiembre del presente año. ¡Ojalá!

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