Miguel Saquimux Contreras
miguelsaquimux@gmail.com

En las últimas semanas llama la atención la manera en que en un espacio publicitario se afirma que se ha pactado con el sector productivo y empresarios, mantener inalterables los precios de los principales productos para lo que resta del período del actual gobierno. Este mensaje es repetido en televisión y radio varias veces al día, seguramente con el objetivo de que llegue a la mayoría de la población, y de esta manera lograr favorecer una atmósfera de confianza en la ciudadanía.

Cuando se aborda el tema de procesos inflacionarios y como contrarrestar los mismos, es un tema que da para mucho, puesto que es amplio, debatible y en constante actualización. Sin embargo, tal parece que en Guatemala todo se reduce a un acuerdo entre gobierno y sector privado, en donde se pacta mantener estable el nivel de los precios de la Canasta Básica.

Al intentar acercarse al fenómeno económico del aumento de los precios, denotaremos que existen varias causas que ocasionan estos cambios, en donde como primer punto podríamos resaltar la ya conocida inflación importada. Esta se refiere a la escalada de los costos que se da, por el aumento del precio del petróleo, en donde es muy difícil que un solo país pueda influir en esto, mucho menos una economía como la guatemalteca, misma que posee poco peso en la constitución del PIB mundial.

La escuela marginalista remarca que la excesiva emisión de moneda presiona la subida de los precios, es decir, que de no limitarse a emitir la cantidad de lo que se produce más el porcentaje de inflación, se manifiestan mayores niveles de la misma, derivado de exceder la demanda real de dinero para la economía. Pero, cuando deseamos apreciar una visión con mayores influencias del pensamiento latinoamericano, debe remarcarse que Guatemala basa buena parte de su economía en la exportación de materias primas y la importamos bienes de capital, entonces, cuando varían los precios de las materias primas, especialmente cuando bajan, se produce un efecto de espiral inflacionario, derivado de los desequilibrios que se ocasionan al sistema.

Las anteriores serían algunas de las causas del aumento de los precios, pero lo que interesa en esta columna es abordar la contraparte, en donde se trate de explicar la manera en la que deberían disminuirse los precios. La propuesta más usada es la del aumento de la producción, la cual lleva como punta de lanza el fomento masivo a nivel nacional de la producción, dado que sólo con el acrecimiento de la disponibilidad de bienes y servicios en la economía, se logrará el descenso de los precios. Debe dejarse en claro, que esta es una política integral, en donde debe armonizarse la política crediticia con los demás esfuerzos que se pretenden implementar.

No dudo de las buenas intenciones en tratar de mantener los precios de los productos de la Canasta Básica, pero, debemos ser sinceros y apegarnos a los conocimientos económicos ya comprobados, en donde las razones objetivas del sistema superan a las subjetivas, es por eso que no puede afirmarse que con un pacto se detendrá la espiral inflacionaria.

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