Ricardo Rosales Roman
⁄⁄ Carlos Gonzales ⁄

Este esfuerzo organizativo, ideológico, político, de clase y lucha no estuvo exento de tropiezos y dificultades, represión y persecución, la arbitraria y violenta clausura de la Escuela de formación y capacitación política e ideológica y la captura y encarcelamiento de sus participantes y asistentes, por órdenes giradas a la Guardia Civil por quien en aquel entonces ocupaba el cargo de Ministro de Gobernación.

Puede decirse, y hay que decirlo, que desde el momento en que se fundó el partido de los marxistas leninistas guatemaltecos, el PGT ha sido objeto de la más encarnizada, violenta y sanguinaria persecución y represión gubernamental y, por supuesto, del odio de clase de lo más recalcitrante de la derecha reaccionaria y anticomunista, y las sucesivas élites del poder económico dominante. Luchó en la clandestinidad durante 42 años, de 1954 a 1996.

A su vez, desde algunas expresiones de la “izquierda” sectaria, hegemonista y excluyente, ha sido objeto de ataques, diatribas y calumnias, así como de una perturbadora labor escisioncita y divisionista. Además, el antipegetismo es una manifestación más de anticomunismo y corresponde a posiciones que tratan de separar, mecánica y dogmáticamente, el marxismo del leninismo, en la teoría y en la práctica.

A 65 años de la fundamentación del PGT, es oportuno y propicio referirse, en forma de lo más breve, a algunos de los rasgos principales que caracterizan el momento actual.

La situación y condiciones que se crean a partir de la llamada apertura democrática, es resultado y prolongación de la funesta etapa a que se orilló al país a raíz de la intervención norteamericana en junio de 1954; es, además, la continuidad de los gobernantes militares fraudulentamente impuestos. Los poderes del Estado, la institucionalidad y gobernabilidad, están a punto de colapsar.

Vigorosas manifestaciones de descontento e indignación social y popular constituyen el rasgo principal y más importante en el momento actual. De los partidos legalmente inscritos, es necesario prescindir: no caer en su trampa electorera y tener en cuenta que las votaciones del año entrante carecen de legitimidad y podrían constituir un fraude más para nuestro pueblo. Es al movimiento social y popular, con entera independencia y por su legitimidad, que corresponde constituirse en la alternativa real de poder y ser el artífice y protagonista principal de los cambios estructurales, de fondo, que Guatemala necesita.

En tan memorable ocasión y en homenaje a la memoria y ejemplo de quienes ofrendaron su vida en la lucha por Guatemala, la Revolución y el Socialismo, tengo en cuenta y considero que el marxismo leninismo no es sólo una guía para la acción revolucionaria: constituye, además, el fundamento metodológico para el análisis, interpretación y explicación objetiva de la realidad nacional e internacional, los hechos objetivos que la configuran, el momento en que se dan, sus causas, manifestaciones y efectos.

En todo caso, en una situación como la descrita y el contexto internacional actual, permite prever que las cosas no pueden seguir como están y que su tendencia es a cambiar a favor de nuestro pueblo, de nuestro país y de nuestra nación multiétnica, pluricultural y multilingüe.

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