Celso A. Lara Figueroa
Del Collegium Musicum de
Caracas, Venezuela

Sin embargo, trataremos de esbozar un breve panorama de la música del más romántico de los compositores occidentales y esta maravillosa música de Schumann es fiel reflejo del sonido de Casiopea, esposa dorada, quien con su paso continuo se vuelve nota de pentagrama en mi alma, quien tiene sonoro aleteo de ave y cuya imagen de ternura ha quedado presente en mi sangre por siempre de siempre.

Las Canciones o Lieder
Durante el año 1840 nacieron varios Lieder en los que Schumann cantó su gran felicidad por haber conseguido casarse con su eterno amor: Clara Weick, tras numerosas dificultades: Cielo de Lieder, Opus 24 sobre textos de Heine, el Ciclo Mirtos, Opus 25, que contiene la extática Dedicatoria, el poético La flor de loto y el dulce Tú eres como una flor; el Ciclo de Lieder, Opus 39, sobre poemas de von Eichendorff que contiene entre otros: Noche de luna, pieza llena de ambiente con magníficas disonancias; Amor y vida de una mujer, Opus 42, sobre poemas de Chamizo, y el inolvidable Amor de poeta, Opus 48, sobre poemas de Heine. El ciclo Alemán constituye la cumbre de los Lieder de Schumann. Aunque nuestros oídos estén habituados a disonancias más complicadas, sienten, con el acorde de séptima disonante, que se encuentra al final de En el bello mes de mayo, el misterioso deseo de amor que la primavera despierta. Un Scherzo vocal como La rosa, el lirio, la paloma, el sol, sigue siendo aún hoy único en su género. En la espléndida mañana de verano nos coloca ante un cuadro de la Naturaleza que desafía a las mejores composiciones de su discípulo amado J. Brahms, no obstante ser éste un maestro en la materia. ¿Se podrían encontrar contrastes más vigorosos que la antítesis entre las bromas amargas y el epílogo esencialmente especulativo de “Viejas y maliciosas canciones”? Entre los Lieder de fecha más reciente, es preciso señalar los de Opus 98 a. Fueron compuestos durante el “año terrible” de 1849, según la expresión de Schumann, el cual estaba muy lejos de sospechar cuántas desgracias habían de sobrevenirle.

Las Sinfonías
Robert Schumann compuso cuatro Sinfonías. “La primera Sinfonía en si bemol mayor” fue escrita en el período más feliz de su vida (1841); la intituló “Sinfonía de la Primavera”, porque se había inspirado en un poema de Böttger, que terminaba con las siguientes palabras: “En el valle florece la primavera”. Schumann suprimió más tarde los diferentes acápites que antepuso originariamente a cada uno de los tiempos: “Principio de Primavera”, “Tarde”, “Alegres compañeros de juego”, “En el corazón de la primavera”. Esta obra viva y alegre, contiene pasajes que responden muy bien al primer verso de la poesía: “Espíritu de la nube, sombrío y pesado”. La Sinfonía en do mayor, oficialmente la segunda, es en realidad la tercera. El ambiente esencialmente patético de esta composición es producto del estado de ánimo de Schumann, particularmente irritable en aquel tiempo (la señal de alarma que contienen los primeros compases se repite en los tiempos restantes, salvo en el Adagio) (1846).

Siempre se ha querido comparar la obra de Schumann con la obra de Beethoven, en particular con la No.1 La Primavera, pero son diferentes.

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