Walter Juárez Estrada

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La corrupción por años ha contaminado a todos los gobiernos que se olvidan en el ejercicio del cargo, de las promesas de campaña. El país está sumergido en un abandono. El saqueo a la hacienda pública ha frenado el progreso de Guatemala. Millones de guatemaltecos están desempleados, se ven forzados a dejar la tierra que los vio nacer e inician una aventura, exponiéndose a morir. En los gobiernos de Pérez Molina-Baldetti, se forzó al primero a dimitir y a la exvicepresidenta, someterse a la justicia. Su sucesor Colom, la ex primera dama Sandra Torres, se benefició con varios millones y estuvo sujeta la justicia, pero logró librarse de una condena.

El expresidente Jimmy Morales, que de simple comediante se convirtió en presidente, dijo que de ganar, no sería, corrupto ni ladrón, pero esas promesas se las llevó el viento, fue lo contrario. Y qué decir de Alejandro Giammattei, que con su arrogancia fue un dictador y corrupto de primera línea, al secuestrar todos los organismos del estado y el MP fue su  mejor aliado y no se escapa, si hay un cambio en el órgano investigador, que se le investigue y se le condene por el mal uso que hizo de los fondos públicos, con su “pareja” sentimental Miguelito Martínez.

La sorpresa para los corruptos fue el triunfo del ahora presidente Bernardo Arévalo, que hasta hoy, libra una dura batalla para terminar con la corrupción. En los meses que tiene de ejercer el mando que le confió el pueblo, ha salido a luz, la corrupción en todos los ministerios, instituciones como  aeronáutica civil y otras,  se espera que las denuncias que tiene la CGC y el MP procedan contra los corruptos en los tribunales, que devuelvan el dinero mal habido.

Luchar contra la corrupción que por años secuestró a mansalva y se apoderó de todos los organismos del estado, no es cosa fácil. Se necesita carácter y se espera que los tribunales, no se plieguen al pacto de corruptos y que actúen con plena consciencia que Guatemala, tiene el derecho de vivir en paz, con funcionarios honrados y que la misión de las nuevas autoridades es terminar hasta donde pueda con el pacto de corruptos, lo que no es fácil, porque los años de los regímenes anteriores dejaron blindados a funcionarios y jueces, a que robaran a manos llenas, pero ahora llegó la hora de la verdad y se espera que las promesas de campaña del cuestionado partido Semilla, sean una realidad.

Prometer en una campaña política es lo que hacen todos los políticos que ya en el cargo se les revierte,  por los sobornos que reciben y el sector privado, es copartícipe de la corrupción que ha salpicado con millones a jueces, magistrados, diputados y funcionarios, que con engaños y promesas falsas se hacen millonarios de la noche a la mañana, peor que ahora la fiesta se les terminó y se espera que los ladrones del erario público, paguen el gran daño que por años le han hecho a Guatemala.

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