Walter Juárez Estrada

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Walter Juárez Estrada

El Congreso tiene entre las obligaciones que le asigna la carta magna, elegir a funcionarios, entre ellos: a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y otros tribunales colegiados. En la práctica es letra muerta y a las exigencias del pueblo para seleccionar a los jueces, que ha permitido que los funcionarios judiciales sean “defactos”. El 13 de octubre de 2019 los tocados cumplieron los 5 años que norma la ley matriz. Una resolución de la Corte de Constitucionalidad les autorizó continuar en sus cargos y el Organismo Legislativo, que en la actual legislatura, no ha procedido a darle cumplimiento a la sentencia del ente constitucional, lo que se considera ilegal, siendo un hecho histórico en la vida jurídica-política de Guatemala tan tremendo desacierto.

Las acciones que se sustancian en los tribunales –salvo casos de impacto- duermen apilados en los archivos y no se cumplen con los plazos para resolver como dice la Constitución. Se sustancian varias acciones contra magistrados y políticos que presionaron a los comisionados para que los nominaran para las Cortes, entre ellos Paiz, Gálvez Barrios, Alejos Cambara. El Congreso terminó su período de sesiones y no eligió a los magistrados y eso denota falta de transparencia y hasta mala fe, para congraciarse con esas estructuras que tienen cooptados a los organismos del Estado e incluso a la nueva CC.

Al paso que va el Congreso, la elección de los nuevos magistrados para las Cortes se prolongará por tiempo indefinido la permanencia de los togados que fueron elegidos a dedo por los antiguos diputados de los ex partidos PP y Lider a cambio por supuesto, de tranzas políticas y corrió mucho dinero para ascender a esas plazas, donde la mayoría de magistrados son incapaces que resuelven dependiendo el color político y el billete y esa situación ha originado desconfianza, es por eso que se exige a los diputados que se despojen de la línea política a la que pertenecen, que el presidente Giammattei, no se plegue a consignas y sea efectivamente el representante de la unidad nacional.

En lo que concierne a la CC los nuevos magistrados deben dignificar a una entidad que debe ser garante de la defensa de la carta magna, pero en los fallos que han emitido en los últimos días han dejado muchas dudas y pugnaríamos que ese ente fuese una entidad de prestigio y debemos recordar entre otros a sus antiguos jueces como Edmundo Vásquez Martínez, Rodolfo Rohrmoser Valdeavellano, con quien laboramos como secretario de comunicación de la otra prestigiosa Corte de Constitucionalidad.

El momento es propicio para que el pueblo no se cruce de brazos y reivindicar que las luchas de 2015, que obligaron a los corruptos de Otto Pérez Molina e Ingrid Roxana Baldetti Elías a renunciar y que penden de ser sentenciados a pagar lo que se robaron, si es que hay jueces que no se prestan a obedecer consignas.

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