Sandra Xinico Batz

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El jueves pasado en distintos puntos del país se realizaron acciones de resistencia pacífica, para denunciar las acciones que desde el Tribunal Supremo Electoral se están impulsando para obstaculizar la participación del binomio presidencial del Movimiento para la Liberación de los Pueblos -MLP-, que a todas luces busca privilegiar a los grupos políticos tradicionales que cada cuatro años pactan para que uno de ellos “gobierne”, por supuesto que esto no se dará sin que reciban la bendición de la oligarquía.

Mientras todo esto ocurre y el sistema es funcional únicamente para los mismo de siempre, los pueblos, las comunidades y los diversos grupos sociales, estamos viviendo el recrudecimiento de la vida diaria, además de la violencia exacerbada de estos últimos meses, que es un síntoma infaltable de la coyuntura electoral, que ofrece la solución a un problema que ellos mismos provocan, como si se trata de vender un producto a través de publicidad engañosa. ¿Quién compraría algo que anticipadamente sabe que no sirve o que es una estafa?

Una expresión que refleja por completo lo que es este país colonial, es el hecho de que en unos cuantos meses se gastan millones de millones de quetzales en campaña electoral, mientras la mayoría de la población está desnutrida y sin acceso a derechos básicos. Este sistema de colonato se sostiene a pura violencia y el empobrecimiento también es una forma de violencia sistemática, que se ha sostenido por generaciones durante más de doscientos años.

Es por esto que la población no puede quedarse como espectadora y la necesidad de organizarse está más vigente que nunca, porque los cambios que se requieren implican fundamentalmente un cambio ético, que nos haga romper con la cadena de responsabilidades que se quieren para que el sistema se sostenga y no caiga. A los grupos de poder racistas, machistas y clasistas no les hace gracia que una mujer originaria sea la voz y el rostro de un movimiento político que va más allá de ser un partido y en eso en radica su fuerza.

Salir a las calles es una acción necesaria, porque de lo contrario nuestra voz no es escuchada y es el único mecanismo que nos queda para que escuchen nuestras exigencias y que estas se cumplan. Quienes verdaderamente afectan al país son quienes han tenido el control del Estado para beneficiarse a ellos mismos y para proteger a los ricos-históricos. Si para los partidos políticos tradiciones la campaña electoral es una “inversión”, imaginémonos la cantidad de dinero y prebendas que obtendrán de dicha inversión.

Por ello es que los cambios que requerimos se tienen que luchar, porque que esta clase política y económica parasitaria no se dará de baja a sí misma. Podemos ver entonces que estamos frente a una situación que va más allá de las elecciones de este año, se trata de cambios estructurales que para que sean provocados tenemos que organizarnos y proteger la comunidad, algo que los pueblos originarios han hecho por siglos; resistencia de la que todas y todos pueden aprender.

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