Samuel Flores

Periodista, fotógrafo y catedrático universitario, interesado en la recuperación de la memoria histórica del periodismo en Guatemala. Comprometido con la formación académica de la juventud mediante la investigación, verdad y justicia. Opositor a la corrupción, despilfarro y excesos cometidos por los gobernantes y funcionarios que se han enriquecido a base de la pobreza extrema de la población principalmente en el área rural.

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Samuel Flores

Con un salario mínimo congelado miles de familias carecen de los recursos necesarios para cubrir sus necesidades de vivienda, salud, educación, vestuario y transporte, ante el incremento del gas propano, energía eléctrica, productos de la canasta básica y combustibles.

De esa cuenta, el salario mínimo vigente –incluida la bonificación incentivo- es de: Actividades No agrícolas Q3,075.10; Actividades Agrícolas Q2,992.37; y Actividades Exportadora y de maquila Q2,831.77. Los incrementos a los precios de los combustibles y sus derivados empobrecen a la población vulnerable que habita en el área rural, principalmente niñas, niños, adolescentes, mujeres, madres solteras, adultos de la tercera edad, economía informal y población desempleada.

Actualmente, la Comisión Nacional del Empleo negocia un pliego salarial. En esta ocasión, el gobierno y el sector patronal deben tomar en cuenta la pérdida del valor adquisitivo del quetzal y actualizar un salario mínimo que le permita a la población afrontar la escalada de precios que asfixia la economía familiar.

Con alza en los precios del gas propano, energía eléctrica, productos de la canasta básica, combustibles, y otros, nos recibe el Ministerio de Energía y Minas (MEN), y empresarios al retorno de un fin de semana prolongado –con asueto del 1 de noviembre incluido-.

Mientras el gobierno que se lava las manos, el MEM, informa que el cilindro de 25 libras de “gas licuado del petróleo” amanece a Q142.00. El cilindro de 35 libras con un precio de Q199.00, y la presentación de 100 libras alcanza los Q568.00. Es un duro golpe para la economía familiar que atestigua como sus ingresos por concepto de salarios, u honorarios, disminuyen. Desde enero 2021, el cilindro de gas propano de 25 libras registra cinco incrementos que suman Q43.00.

Además, la deteriorada economía familiar es castigada con el aumento al precio de la energía eléctrica. La Comisión Nacional de Energía Eléctrica, (CNEE), informó que un nuevo pliego tarifario regirá los aumentos desde hoy hasta el 31 de enero 2022, el cual afecta directamente a los abonados de la Empresa Eléctrica de Guatemala, Distribuidora de Occidente, Distribuidora de Oriente.

Esto sin mencionar los habituales aumentos a los precios de los combustibles en sus modalidades de autoservicio y servicio completo, que en regiones de Chisec, Raxruhá, en Alta Verapaz; así como en comunidades de Chiquimula y Quiché, supera los Q34.00 por galón.

Como siempre, el MEM justifica el incremento de los combustibles al comportamiento internacional del precio del petróleo por la crisis del COVID-19. Sin embargo, a los funcionarios del gobierno del partido VAMOS se les olvida que con un salario estancado, honorarios a tiempo parcial, desempleo, enfermedad, pobreza, y explotación a todo nivel por parte de empresarios voraces, la población rural de escasos recursos y la economía informal es la más azotada.

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