Rodulfo Santizo

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Guatemalteco, migrante, facilitador de procesos para fortalecer el tejido social, visor y monitor del bienestar social, multifacético, persistente, soñador por una Guatemala diferente, gestor en desarrollo.

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Hoy quiero rendir honores y tributo a una persona muy especial para mi familia, por la ida al más allá del Dr. Desiderio Reyes Cardona, un médico dedicado a la salud pública rural en Huehuetenango.

Sentimiento y tristeza familiar causa su partida en una edad en la que estabas para seguir haciendo grandes cosas por tus conocimientos, bondad, experiencias y futuros emprendimientos; pero la vida es así y los planes de Dios son de acuerdo a su santa voluntad, se dio gusto en hacer y ver sonrisas en cara ajena por donde estuvo en esa carrera profesional que escogió para ser el galeno ideal de los servicios en los sistemas de salud pública en varios municipios del querido Huehuetenango.

Sus áreas territoriales que forjaron su vida estudiantil y profesional fueron testigos de su don de gente y sus tremendas ganas de ayuda humanitaria que como estudiante en pleno Ejercicio Profesional Supervisado y como funcionario público hizo realidad, por ejemplo Barillas, Peña Blanca, La Libertad, Valparaíso La Democracia, Santa Ana Huista, Aguacatán, Huehuetenango, etc.; allí se recordarán sus servicios y acciones, viniendo a nuestra mente esas largas jornadas de solidaridad, ayuda y acompañamiento en los desastres naturales, mismas que hizo con mucho esmero y sentimiento humano, disfrutando esa empatía con los sufridos, aportando siempre con todo y hasta con sus propios recursos que siempre tuvo por fortuna, disfrutando compartirlos con quien podía porque nunca fuiste avaro, siendo un verdadero samaritano.

Doctor Reyes nos deja con muchos recuerdos, los que tendremos guardados en lo más profundo de nuestra mente y corazón, porque los que tuvimos la suerte de conocerle muy de cerca sabemos la gran persona que fue, sobre todo esa persona que eligió una carrera para servir a los más desprotegidos, principalmente para aquellos pobres que buscaban aliento y cura a sus males en ese galeno que prefirió la salud pública para dar amor al prójimo sin importar la condición humana en que se encontraran.

Lo conocí desde muy joven cuando soñaba cómo bachiller pidiendo consejos para elegir una carrera, dándole algunos de acuerdo a sus expectativas, pero él se inclinó por la medicina humana porque era del criterio de volverse médico y buscar una plaza en el Ministerio de Salud para servir a mucha gente que necesitaba de médicos dispuestos a establecer verdaderos planes de salud pública con mística de trabajo comunitario.

Fue un estudiante universitario ejemplar con excelentes calificaciones, muy dedicado, divertido, sincero, vesánico algunas veces, pero siempre buen ser humano que disfrutaba las fiestas entre primos y amigos en aquellos tradicionales viajes a la costa sur y la capital, vacaciones de la loca juventud de esos dorados tiempos; fungía a veces como mediador. Con esa sonrisa muy singular calmaba las situaciones de conflicto entre compañeros, característica muy especial para buscar la calma y empatía, a pesar del carácter fuerte que por apellido heredó.

Hasta pronto querido doctor, hijo, hermano, tío, primo, cuñado, padre, amigo, benefactor, disfrute de la presencia de los suyos en la gloria de Dios, sus hijas, hermanos, familia, compañeros salubristas y amigos lo recordaremos y pedimos que emulen su firma de trabajar y estableces los modelos más prácticos y sociales de Salud Pública en Huehuetenango.

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