José Roberto Alejos Cámbara

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Inicié la temática del proceso electoral motivando la participación ciudadana. Recordarán que dije que lo ideal sería pertenecer a un partido político o bien ser Fiscal de uno que fuera de nuestro agrado. Otra opción sería ser parte de la Junta Receptora de Votos (JRV), integrada por individuos no afiliados, encargados de entregar y recibir las papeletas el día de la elección. Una cuarta oportunidad sería unirse al voluntariado que desde hace 11 años, promueve el Tribunal Supremo Electoral (TSE) para motivar la participación en las elecciones y orientar al ciudadano a votar sin errores.

“EN DEFENSA DEL VOTO” es un proyecto de observadores nacionales que busca que, sin ser parte del Estado o de algún partido político, se garantice que las elecciones serán limpias y transparentes, y demuestren que el sistema funciona con la participación ciudadana y que, a menos que sea por medios electrónicos, no habrá fraude electoral.

Muchos divisan un fraude debido a que algunas candidaturas no han sido autorizadas y consideran que es la manera de eliminarlos como contrincantes de quienes, supuestamente, están detrás de ese plan maquiavélico. Ha sido difícil convencerlos de lo contrario y más aún cuando los candidatos no promueven la participación, que se informen y así, evitar que florezca la duda. ¡El tema se está volviendo cuesta arriba!

“Usted mismo no quiso entrar a ningún partido, ¿cómo pretende que nosotros entremos? No queremos ir a votar, y menos defender un voto que no daremos. Todos los sectores, sin importar la ideología, hablan mal del Tribunal Supremo Electoral. Entonces, ¿cómo pretende que seamos voluntarios de ese Tribunal?” Ese es el reproche hacia mi persona, por el hecho de no ser parte de un partido o bien no participar en un puesto de elección popular.

Recientemente me reuní con quien se encarga de la capacitación del programa del voluntariado del TSE y me explicó que, en primera instancia está motivar a la juventud a que participe y ejerza su ciudadanía. El programa no se activa sólo el día de las elecciones, y en aras de tener más voluntarios, ya no hay restricción de edad, todos pueden ser parte de éste.

En la época de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), existía motivación para exigir el cambio de gobiernos militares por civiles y reclamar nuevas reglas del juego. Sin embargo, hoy esa motivación no existe. Ni civiles ni militares motivan a los guatemaltecos a quedarse en el país, o que formen un partido, ni siquiera se ha logrado que acudan a empadronarse. ¡Definitivamente no hay motivación! Todos los días hay divisionismo y confrontación incluso, entre quienes pensamos igual.

NO SE VALE que anhelemos instituciones fortalecidas y con credibilidad y al mismo tiempo destruyamos y critiquemos todo proyecto perfilado para cambiar las cosas. Necesitaremos muchas tazas de café para acordar un pacto de unidad y empezar a construir la motivación que nos lleve al voto consciente. La tarea es difícil, pero si no empezamos, nunca lo lograremos.

El dicho de hoy: “No seas chucho” tiene una explicación que se origina con la costumbre que tenían los perros cuando, antes de ser domesticados, vivían en manada y si encontraban comida la devoraban, pues no sabían cuándo iban a volver a tenerla. Esta especie canina no tiene control para medir lo que come, a diferencia de los gatos que lo hacen conforme lo necesitan. Muchas son las personas que, aunque no sea comida “no se llenan” con nada, no se conforman… simplemente son chuchos.

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