Osmar David Gamboa Escobar
Twitter: @osmargam204
Instagram: osmar_wallabi
osmargam205@gmail.com
fcccmarcodeaccion@gmail.com
Guatemala celebra elecciones generales de manera regular desde 1986. No obstante, históricamente, muchas fueron manipuladas para favorecer a los candidatos que impulsaran o beneficiaran a quienes hasta el día de hoy mantienen una hegemonía en el poder político del país.
La historia de nuestro país cuenta con varias aristas, que se unen en una actualidad muy compleja para poder explicar en un solo artículo. Aun así, existe dentro de la sociedad guatemalteca un grupo de ciudadanos que a través de sus conocimientos están decididos a realizar un cambio y trazar un punto de quiebre en los patrones de comportamiento de los guatemaltecos, de cara a las elecciones de este 2023. No solo se espera romper números en participación ciudadana, al mismo tiempo, se espera que los elegidos para gobernar sean personas idóneas y comprometidas con el desarrollo de sus comunidades, municipios y, obviamente, del país.
Cuando nos encontramos oficialmente en tiempos de campaña electoral, los más de 20 partidos que se encuentran participando con un binomio presidencial han salido a las calles a dar a conocer sus planes de gobierno a los guatemaltecos. Al mismo tiempo, intentan convencer a una sociedad desgastada, y poco interesada en política, que ellos serán la mejor opción para poder gobernar nuestro país.
Y es eso, nuestra historia nos pisa los talones, ocasionando que la población en general no tenga un interés por saber de política, gracias a la cultura de “la política es sucia y quienes se involucran en ella lo son más”. Los ciudadanos que se esfuerzan por formar una sociedad civil y concientizada se han enfocado en acercarnos el mayor número de herramientas posibles para analizar un voto, luchando por acabar con los estereotipos relacionados a la política.
El ciudadano común no tiene interés, sobre todo aquel que se levanta tres o cuatro horas antes de su entrada al trabajo porque debe cruzar la ciudad, soportando el tráfico junto con el estrés laboral para poder suplir sus necesidades y las de su familia, o aquel campesino que se dirige a tempranas horas del día a labrar su tierra, esperando que su cosecha sea lo suficientemente buena para repetir la rutina sin que le falte algo durante el proceso. Muy probablemente, no tengan el tiempo para asistir a foros o debates sobre cómo analizar el voto, les hace falta el tiempo para leer los planes de gobierno de las distintas propuestas porque llegan a la conclusión de que ningún candidato va cumplir lo que promete en campaña.
El privilegio de saber votar se desprende de lo que pocos han tenido la posibilidad de saber y de lo que muchos no. Es imposible crear una ciudadanía responsable con un sistema que nos quita la libertad de elegir de manera razonable, ganando votos con promesas difíciles de cumplir y con beneficios que se volverán una carga a largo plazo.
Y sí, el significado de la palabra “privilegio” se torna pesada cuando los pocos que lo tienen son conscientes de ello. Es por eso que es necesario buscar estrategias en las que los ciudadanos impulsen a los demás a conocer sobre política y entender que las decisiones políticas son tan importantes que repercuten en su calidad de vida. La libertad que nos otorga vivir en democracia no debe de ser arriesgada por un Estado y un sistema político que están decididos a mantener a su pueblo bajo una delgada línea entre la libertad de elegir a quienes queramos o darles la libertad a ellos de elegir a quienes ellos quieran.
Aquellos que se han esforzado por mantener los valores de una responsabilidad cívica y que sueñan con una patria grande, sean conscientes sobre el privilegio de saber votar y que en sus manos se encuentra la responsabilidad de guiar a la sociedad guatemalteca hacia un voto consiente, dejándole de temer a la política y sabiendo que esta forma parte de nuestro día a día.
