Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Que un fenómeno sea visible para la población, no necesariamente refleja su visibilidad en las políticas públicas
Dilla, H.

Al leer nuestra Constitución, nos encontramos con que la misma garantiza la vida de las personas, dentro de un entorno de libertad, paz y libertad, muy bonito como una declaración de intenciones, sin embargo, cuando vemos nuestra realidad nos enfrentamos con que, la misma no tiene coherencia con la letra muerta de la norma.

Nuestro sistema es fracasado, porque le dejamos fracasar por acción u omisión, derivado de eso, el país carece de oportunidades reales para, ofrecer a la población la satisfacción de las necesidades que pomposamente conocemos como bien común, y que, no es otra cosa que la población en general lleve una vida como mínimo digna.

Encontrándonos como estamos en plena Semana Santa, en la que recordamos la pasión, muerte y resurrección de Cristo, de quien no se duda su importancia en la historia de la humanidad, tanto que reconocemos su muerte como un antes y un después en la historia, y quien nace como un migrante, debido a que sus padres tuvieron que salir a Egipto huyendo de Herodes, esa migración surge de una necesidad de protección a la vida del pequeño niño, que crearía una nueva doctrina religiosa y humanitaria, pero fue un migrante, como tantos otros hoy en día.

Han transcurrido siglos de aquellos sucesos, y en nuestro terruño nos encontramos en condiciones de extrema pobreza, desigualdad y falta de oportunidades, mismas condiciones que han aumentado a raíz de una política excluyente de las elites que han movido los hilos de los actores políticos del país, para aplicar un gatopardismo propio de sociedades que se mantienen cambiando todo para que nada cambie, y así mantener el estatus quo de unos pocos en detrimento de unos muchos.

Una pequeña prueba del resultado del gatopardismo mencionado, la ejemplificaré con un hecho que circuló en las redes sociales, y que dibuja nuestra realidad, veamos, un docente de derecho penal se encuentra realizando su exposición en la clase virtual en la USAC, hablaba sobre Cesar Becaria, cuando una estudiante le consulta lo siguiente: “el libro que estamos utilizando es el de la constitución o constitución penal” esto es suficiente para que aun no habiendo estudiado derecho, a cualquier persona literalmente se le pare el pelo, pero el dialogo continuó, la señorita le pregunta el nombre del autor, no sabía de qué iba la clase, aunque sus compañeros le explicaron, ella pareció no entender ¿Por qué me refiero a este tema? Porque nuestro sistema educativo es tan deficiente, que los jóvenes se gradúan de x carrera de nivel medio, sin saber nada de nada literalmente, luego llegan a la Universidad a fracasar, prueba de ello es el dialogo transcrito.

En el universo en el que nos desenvolvemos, claro que hay cabida para los analfabetos intelectuales, su espacio es servir a otros para que estos otros mantengan sus espacios privilegiados, haciendo de nuestra sociedad un pozo de ignorancia para que seamos la base de la pirámide, en la que los de la cúspide siempre serán los mismos, ese espacio ya está completo, por eso, con la preparación con la que se gradúan los jóvenes, la mayoría están condenados a no ser competitivos, debido a eso se encuentran con que, solamente huyendo de este país cumplirán, creen ellos sus sueños de progreso, e identifican un único camino: La migración.

La última desgracia, en la que fallecieron hermanos guatemaltecos, como consecuencia de la migración ilegal, desafortunadamente no va a ser detonante de ningún cambio, debido a que la vida humana vale cada vez menos, se hace necesario reflexionar sobre los responsables de la misma, y estos son los diferentes gobiernos que han hecho exactamente lo mismo, para que todo siga igual, aunque traten de disfrazar la verdad, señalando a los coyotes, la verdad es que estos últimos son consecuencia de la dejadez estructural del Estado.

Llegamos a la cruda conclusión que, mientras las condiciones no cambien, estaremos condenados a migrar por necesidad, y en ocasiones a morir en el intento, porque mientras no se creen políticas de Estado de desarrollo integral para la población en general, nuestra sociedad no tendrá futuro.

La culpa no es de los que no saben, la culpa es de quienes les impiden aprender.

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