Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Muchas mentes pensantes siempre advirtieron que un desconocido en la política que conectara con la gente, que tuviera chances de ganar y que a la vez sus relaciones fueran un misterio, era un escenario probable para las elecciones del 2027 o las del 2031.

Zury, Sandra o Mulet se pintaban como los favoritos dentro de un enorme pelotón para alcanzar el poder y con los tres, por todo lo que han tenido que hacer en estos 4, 8, o 12 años para permanecer en política, se sabía que el sistema estaba garantizado.

La mayoría de personas que se “cuelan” en los partidos logran acuerdos que pasan porque el sistema siga funcionando a sus anchas. Es la única manera de “devolver” a aquellos que se suman a las campañas con un interés particular y por eso es que el sistema, con algunos matices, estaba asegurado por al menos 4 años más.

En otras palabras y no me mal entienda, los negocios solo iban a cambiar de manos porque los actores de los partidos ponen una “camisa de fuerza” a los presidenciables que los limita mucho a la hora de querer hacer cambios reales, si es que tienen voluntad.

Pero ahora nos encontramos frente a la posibilidad que Carlos Pineda y Efraín Orozco, el jefe de Mechito, puedan acceder al poder porque sus mensajes en las redes sociales han resonado con muchos guatemaltecos.

Personas en el Interior han conectado con Mechito y gente en la capital ha expresado que “ya cansados que los mismos de siempre nos roben, pues probemos con alguno nuevo y que encima nos entretiene con Mechito”.

Lo anterior hace pensar que quizá esta situación de Carlos Pineda es una bola de nieve difícil de detener y con lo poco que se sabe, su situación con Estados Unidos llama la atención porque de ganar podría ser un Presidente sin visa.

Ninguno de los contrincantes de Pineda tiene el músculo como para incidir en una decisión de esa naturaleza con los norteamericanos y entonces sigue surgiendo la duda de por qué el señor Pineda no tiene visa.

Si Pineda llega a ganar y no puede viajar a Estados Unidos, es lógico pensar que se inclinará por China y quizá hasta Rusia y por la cercanía fronteriza, que Guatemala caiga en las garras chinas y rusas por las razones equivocadas no es una buena noticia para nadie.

Las relaciones con China hay que revisarlas partiendo de puntos adecuados y no por arrebatos, tal y como han manejado los dos últimos Gobiernos nuestra política exterior y las relaciones con la comunidad internacional.

Para los guatemaltecos es una situación bien complicada. Mal si gana uno de los candidatos que han sabido navegar en el sistema y mal si gana el desconocido en política porque de él muy poco se sabe y se puede llegar a saber más de su vida, de sus relaciones y de sus planes ya cuando esté electo para ejercer el poder.

Quien entra a política, cuando va subiendo y la gente sabe poco de él, se dedica a presentar su entorno familiar y empresarial a detalle con el afán de generar confianza en el electorado.

Pero el nuestro, harto de tanto robo, se ha vuelto un electorado muy básico que se conforma con muy poco y por eso el señor Pineda no se ha visto en la necesidad de hablar más de él e inspirar la confianza que se necesita.

Pineda ha dicho que él financia su campaña para no deberle nada a nadie y eso es bueno, siempre y cuando pueda darle la confianza a la gente que aún con su dinero, no le debe nada a nadie y sus relaciones son aquellas de las que uno se siente orgulloso.

Ojalá en los días que vienen de campaña podamos conocer más de Pineda para saber si es un antisistema real buscando cambios de fondo para invertir en la gente o un político con cara nueva pero con corazón de político tradicional en formas, relaciones y planes.

 

 

 

 

 

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