Pedro Pablo Marroquín Pérez
@ppmp82
El día de ayer publicamos un reportaje detallado de esa manera tan burda en la que le dieron en la nuca a un programa que buscaba ayudar a mejorar la calidad educativa y supervisar la labor de los docentes, entre otras cosas.
El programa fue ideado por el gobierno de Jimmy Morales y cualquiera pudiera pensar que habiendo sido un Gobierno que veía la “corrupción como algo normal”, como dijo el entonces Presidente, uno no sería capaz de destacar algo positivo pero a mi juicio este programa tenía algo que permitía construir para mejorar la calidad educativa para los alumnos y el nivel de servicio de los maestros.
Hoy publicamos un seguimiento con un ex viceministro de Educación en el que se hace un señalamiento directo a la actual ministra y expresa que derivado de un pacto con Joviel Acevedo, se le dio fin al programa de los supervisores
Los resultados no le acompañan pues el rendimiento de los alumnos sigue siendo muy mejorable. Mucho de ello deriva del mal desarrollo de nuestros niños (que no solo es culpa de este Gobierno) pero en estos años de Giammattei han sido otros los niños que han tenido una vida soñada y no los millones que acuden a las escuelas porque el mandatario se ha desentendido del desarrollo integral de los niños y jóvenes.
Este Gobierno pactó con Joviel Acevedo y ese acuerdo ha significado el silencio del líder magisterial que está gozando de las mieles del poder, del trabajo sin muchos resultados que cacarear, pero especialmente del silencio cómplice que le ha allanado al Gobierno el control total que hoy tienen.
No podemos aspirar a ser un mejor país, una nación con crecimientos integrales si no convertimos el desarrollo de nuestros niños como la primera prioridad. No solo me refiero cuando ya ponen un pie en la escuela pues necesitamos asegurarnos su correcto crecimiento desde que estén en el vientre de la madre.
Para eso el sistema primario de Salud es fundamental y eso es algo que ha quedado en el olvido desde hace varios gobiernos. Apoyar a las madres en los partos es fundamental y no podemos aspirar a resolver nuestra economía de manera integral sin atender los temas de educación y salud.
Invertir en salud y educación es para muchos enterrar los votos porque los efectos se ven en décadas, pero mientras la ciudadanía no atine a ejercer mejor su rol y a demandar de quienes toman decisiones y tienen el poder de incidir para que se ocupen de invertir en la gente, el camino será el mismo aunque los actores sean otros.
Asegurar el silencio y la fidelidad de Joviel con prebendas en el pacto, con nula supervisión de la labor de los maestros es un elemento que puede resultar clave para los intereses electorales de VAMOS y por eso es que todo lo que pasa en el Mineduc debe ser visto con lupa.
Mientras la sociedad sea inmune a lo que pase con la educación y salud en el sector público, Guatemala no alcanzará todo su potencial.
