Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Guste o no, vivimos todos los días una dura realidad en un noble país con gente trabajadora que no se da por vencida. Dedicarse al oficio del periodismo es gratificante y a la vez demandante porque muchas veces trasladar lo que ocurre genera mucha oscuridad.

Corrupción, impunidad, asesinatos, pobreza y desnutrición complican un panorama que no logramos borrar si lo dejamos de contar. En medio de esa oscuridad que menciono, quienes tenemos la posibilidad de incidir, estamos llamados a redoblar esfuerzos para mostrar la realidad y las formas, las salidas, las opciones y las propuestas para cambiar la misma.

En otras palabras, tenemos la obligación de buscar la luz, de empoderar a la gente para recordarles que si creen en su habilidad de cambiar e incidir, una Guatemala mejor, en la que se puedan generar más y mejores oportunidades para cerrar brecha, es posible.

El Sí Se Puede ha sido una frase surgida en México que aquí ha adoptado el Irtra en su nueva campaña de FELICIDAR y me ha parecido acertado el extremo de recordar que si hacemos lo propio, un futuro mejor es posible.

Ayer en la inauguración del Club Mil Palmeras en Retalhuleu, el presidente del CACIF, Herman Girón, destacó esa realidad que cuando todos entramos al Irtra nos convertimos en ciudadanos que cumplimos las reglas.

Decía Girón que las normas se cumplen cuando sabemos que no hacerlo genera consecuencias y traigo a colación la parte de su discurso, porque si nos tomamos en serio esas palabras SÍ SE PUEDE transformar Guatemala.

Si todos nos dedicamos a hacer del cumplimiento de la ley una filosofía de vida, ya no veremos con tanta normalidad que llevemos 3 días con asesinatos con balas y saña, a plena luz del día en la ciudad capital. Si acatamos las normas, ya no veremos tan normal el que se pierdan millones, en que se pacten tantos negocios con el dinero de la gente. Si hay cultura de legalidad, no nos molestará que la ley se aplique de manera correcta.

Si vivimos en la cultura de legalidad, nos causará molestia cuando un grupo de delincuentes de todo tipo le quieren hacer la vida a cuadritos a la gente honrada de este país, sin importar si es en el ámbito público o privado. No basta sentir tranquilidad cuando son otros los que sufren y no uno, porque las espirales de ilegalidad nos alcanzan tarde o temprano.

Sí podemos hacer que el papel no aguante con todo y traducir las palabras de Girón en una realidad que nos marque el futuro. A pesar de tanto que hace alguna gente mañosa, este país sigue de pie gracias a su población, gracias a aquel que no se dio por vencido y ahora trabaja desde Estados Unidos, gracias a aquel que invierte honradamente porque sabe que con ello le da oportunidades a muchos que las piden a gritos; gracias a los que buscan justicia y que terminan siendo como aguja en un pajar en el manto de la impunidad.

Si hacemos del cumplimiento de la ley una filosofía de vida, nos caerá tan mal que no podamos tener buena infraestructura porque el sistema está secuestrado para que las obras sirvan para hacer millones desde el Congreso, el Ministerio de Comunicaciones y los particulares que participan del asalto vía las mordidas,  que haríamos lo necesario por cambiarlo y hacer que la movilidad por Guatemala deje de ser una pesadilla.

Hay mucha oscuridad, pero debe haber más luz y eso depende de nosotros. Empezar cumpliendo la ley en todo momento sería el enorme primer paso que cambiaría el rumbo de impunidad por uno de oportunidad.

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