El desmantelamiento de la PNC que empezó la administración de Jimmy Morales lo agravó el presidente, Alejandro Giammattei y su ministro de Gobernación, Gendri Reyes, mientras la fiscal general, María Consuelo Porras se enfoca en otros asuntos y no los casos de violencia. Foto La Hora

No ha sido fácil en nuestro país lograr avances en temas tan importantes como la reducción de los índices de violencia pero es preciso reconocer que luego de la reforma policial hubo al menos una etapa muy positiva en la que una cúpula eficiente en la Policía Nacional Civil, trabajando de la mano de un Ministerio Público que supo aprovechar las experiencias que se le trasladaron para tecnificar más las investigaciones, se produjo una drástica y alentadora disminución de la violencia criminal en el país, pero todo eso se tiró por la borda en el gobierno de Jimmy Morales cuando su ministro de Gobernación desmanteló esa cúpula de la PNC y el nombramiento de Consuelo Porras se trajo al suelo los avances derivados de esa buena utilización del traslado de experiencias.

En los últimos días hemos visto casos escandalosos de sicariato cometidos a plena luz del día y una ola de crímenes que no son investigados con propiedad. La desaparición de dos mujeres (una de ellas hermana de un diputado) y un hombre produjo unas capturas pero nunca se informó del móvil ni las circunstancias del macabro crimen y sabrá Dios si los detenidos son realmente los criminales. Una pareja enterrada en el jardín de su propia casa y nadie sabe nada, similar a lo ocurrido con una ciudadana alemana, profesora del Colegio Alemán, que fue acribillada en su auto. La lista de los crímenes de los últimos días sigue creciendo porque cada día hay nuevos hechos que causan zozobra entre la ciudadanía, pero lo único cierto es que la incapacidad para investigarlos alienta a otros a actuar de esa forma criminal.

Cuando se emprendieron acciones para desbaratar grupos de sicarios que operaban impunemente, empezando por el famoso caso Rosenberg, poco a poco se notó una disminución de ese tipo de operaciones que antes, como nuevamente ahora, eran casi el pan de cada día. Pero el desinterés de las autoridades encargadas de la investigación criminal es otra vez un elemento que estimula la formación de esos grupos criminales.

Con balaceras en plena vía pública, como las que hemos presenciado por los videos que se difunden, nadie está a salvo porque en cualquier momento nos podemos encontrar en medio de uno de esos feroces tiroteos que se están repitiendo con demasiada frecuencia.

El Ministerio Público está muy ocupado en armar casos como el que acaba de presentar contra Juan Francisco Sandoval y en acosar a otros luchadores en contra de la corrupción y poco a poco se han desmantelado todos los avances que permitieron, mediante el uso de modernas técnicas de investigación, resolver aún enredados crímenes y enviar el mensaje de que quien delinque puede enfrentar serias consecuencias.

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