Luis Fernando Bermejo Quiñónez

@BermejoGt

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Por: Lic. Luis Fernando Bermejo Quiñónez
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Es cierto que con más de 20 candidatos a la presidencia y millares de personas en los listados de diputados puede ser difícil averiguar quién es quién dentro de la oferta electoral. A pesar de eso es notorio que personajes políticos de toda índole están presentes como candidatos o liderando partidos políticos. Sin embargo, lo que me ha sorprendido en esta época es la poca memoria de los ciudadanos sobre la historia política reciente del país y cómo tenemos poca cultura política como ciudadanos. Por lo anterior, he decidido hacer una serie de columnas sobre los últimos gobiernos empezando por el gobierno del Partido de Avanzada Nacional (PAN) que gobernó de 1996 al 2000 hasta la fecha para tratar de recordar a los lectores el pasado político reciente del país e identificar en los listados de candidatos personajes que pudieran estar involucrados en movimientos políticos o postulándose para cargos de elección popular y puedan meditar su voto adecuadamente.

ganaron las elecciones en 1995. En segunda vuelta se enfrentaron a Alfonso Portillo del partido Frente Republicano Guatemalteco (FRG). El PAN en esas elecciones obtuvo 43 de 80 escaños en el Congreso de la República. Lo anterior, así como el control del Organismo Ejecutivo, le permitió al PAN con su “aplanadora” hacer una profunda reforma de la gobernanza del país, de su estructura y perseguir una agenda económica, que a la fecha todavía tiene efectos en el país.

El período de gobierno del PAN coincidió con el “espíritu de los tiempos” inspirado en el Consenso de Washington. Es importante recordar que los principios del citado consenso propugnaban: i) la disciplina fiscal para evitar los déficits fiscales, ii) la redirección de gasto estatal en subsidios hacia actividades o servicios públicos que generaran crecimiento económico y que ayudaran a los más desfavorecidos, tales como la salud, educación y la infraestructura estatal, iii) la privatización de las empresas estatales porque se consideraban ineficientes, para ceder sus operaciones a contratación de empresas privadas que funcionarían en el libre mercado y iv) la desregulación de actividades para eliminar barreras a la competencia y libre mercado.

El gobierno del PAN es responsable en gran medida por la estructura estatal actual. El Congreso fue prolijo en leyes pero quizá de las más significativas fue la reforma total de cómo se estructuraba y cómo enfocaba sus actividades el Organismo Ejecutivo. Así, la Ley del Organismo Ejecutivo (Decreto 114-97), la cual aún está en vigor, consagró los principios de subsidiariedad y la posibilidad de delegación de funciones públicas en sus artículos 3 y 4, lo cual en la práctica significó que el Estado se le cambió su modelo de actuación a uno en el que tuviera, preferentemente, un rol el sector privado y la sociedad civil y éste dejaría de dedicarse a actividades que antes proveía directamente. Así, por ejemplo, el Ministerio de Comunicaciones a través de Caminos ya no construiría directamente carreteras, sino las “contrataría”. El Ministerio de Agricultura ya no iba tener extensionistas agrícolas, sino iba “contratar” y proveer fertilizantes a los agricultores y así el Organismo Ejecutivo se le cambió el rol activo en actividades económicas y de política pública a uno de “regulador”.

Bajo ese concepto de ser “regulador” y no “participante en el mercado” se estructuró la nueva Ley General de Electricidad que, a pesar de sus defectos, su esquema de dividir o desagregar (“unbundle”) actividades en el mercado energético ha tenido como efecto que Guatemala tenga un superávit de energía y no tenga problemas de apagones como a principios de los 1990s. La Ley de Telecomunicaciones también fue reformada, en gran medida para abrir el sector para la privatización de Guatel.

Una arista importante del proyecto político del PAN fueron las privatizaciones. En esta época se privatizó Guatel, la Empresa Eléctrica, se privatizó Fegua y, en general, se desincorporaron activos del Estado. Hay que recordar que el proceso de subasta fue accidentado habiendo sido criticado por sus detractores y que falló una vez con una oferta de Telmex por $ 529 millones que fue rechazada. Posteriormente, se adjudicó a una única subasta a una empresa de reciente creación, Luca, S.A., que luego se hizo público que en realidad Telmex era su accionista mayoritario. Al final, con una única oferta se adjudicó el 95% de las acciones a Luca, S.A. por $ 700.1 millones que muchos criticaron porque era muy conveniente para el comprador al proveerle plazos de repago ya con la operación de la empresa (del “mismo cuero salen las correas”). Al final, aunque criticada, la privatización en el largo plazo de la telefonía, sea por azares del destino y el crecimiento de las telecomunicaciones, tuvo buenos resultados. Los teléfonos ahora abundan y no es un “privilegio” tenerlos, la cuestión es si se hubiere podido obtener más por esos activos estratégicos.

Sin embargo, las privatizaciones no todas fueron exitosas. Solo hay que ver que también Fegua fue apresuradamente vendida a Railroad Development Corp con compromisos que políticamente era previsible que no se podían cumplir por la administración del PAN – desalojar las vías férreas – en lugar de primero desalojar las vías férreas y luego venderlas a mejor precio. El resultado hoy es palpable, después de largos arbitrajes internacionales, Guatemala aún no cuenta con un servicio de ferrocarril y el derecho de vía sigue invadido y hasta los rieles ya fueron robados.

El PAN tuvo sus aciertos. En primer lugar, firmó los Acuerdos de Paz. Los Acuerdos de Paz trajeron fin a un conflicto armado interno que duró 36 años y que generó todo tipo de pérdidas económicas y en vidas de forma estéril. Derivado de los Acuerdos de Paz tenían que someterse a consulta popular las reformas constitucionales que fueron acordadas. Lastimosamente las reformas no fueron aprobadas en la consulta popular.

Por otro lado, el gobierno del PAN en materia de seguridad y justicia tuvo un acierto importante en la lucha contra el contrabando al desarticular la Red Moreno aunque nunca se llegaron a los cabecillas. En materia de seguridad le hizo frente a un alza de los secuestros y para combatirlos creó un cuerpo antisecuestros que tuvo éxito pero que luego fue objeto de cuestionamientos. Hay que reconocer también que emprendió con apoyo de la comunidad internacional una reforma de la Policía Nacional Civil (PNC).

De la misma forma, hay que reconocer que en la época del PAN durante la administración Fritz García-Gallont hubo un importante crecimiento de la red de infraestructura vial. Así durante el gobierno del PAN se ha tenido el mayor crecimiento de la red vial en los últimos 25 años ya que se aumentó la red vial en 369 km/año, muy por arriba de, por ejemplo, en el gobierno del FRG que es el punto más bajo con 83 km/año. En concreto, el fideicomiso de COVIAL – con el cual se consolidó aún más el uso de esta figura en la administración pública – tuvo buenos resultados durante dicha administración al profundizarse el rol del Estado en “administrar contratos de construcción y mantenimiento de obra pública” en lugar de directamente hacerlo Caminos con su propio personal y maquinaria. No obstante, actualmente, se resienten los efectos de haber “vaciado” Caminos. Su personal más capacitado se perdió y el mecanismo de “libre mercado” de contratación de obra pública que rindió frutos inicialmente se ha convertido en un nido de corrupción en donde se ha permitido que los contratistas sean supervisados por empresas de su mismo grupo y donde la colusión y la mala construcción sea el causante del deplorable estado de la red vial.

En definitiva, el gobierno del PAN fue transformador, principalmente en materia económica y en implantar una visión del Estado que aún perdura en gran parte. Quizá sólo la época del FRG, el siguiente gobierno, le gana en cuanto a su efecto en la realidad política actual. Algunos han expresado que el afán liberalizador de la época del PAN que propugnaba por un Estado eficiente y el libre mercado fue a costa de un vaciamiento institucional (“hollowing out”) total del Estado que aún perdura.

El PAN ahora no es la maquinaria política que otrora fue. Hoy su líder visible es Manuel Conde, candidato presidencial de Vamos, aliado desde el inicio del régimen de Alejandro Giammattei. Debe recordarse que el PAN se fraccionó por una disputa de poder en el que Álvaro Arzú se separó luego de que le quitaran el poder del partido y formó el Partido Unionista. De la misma forma, antiguos funcionarios del PAN, como Canela González, posteriormente formaron el partido CREO. Hoy, el ala arzuísta del antiguo PAN, está consolidado en el gobierno de la Municipalidad de Guatemala en el que todavía existen funcionarios del gobierno del PAN. Hay que recordar que los Unionistas están en coalición con el partido de Valor que postula a Zury Ríos como Presidente y a Héctor Cifuentes como Vice presidenciable.

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