Luis Fernando Bermejo Quiñónez

@BermejoGt

post author

Por: Lic. Luis Fernando Bermejo Quiñónez
@BermejoGt
lfernandobermejo@gmail.com

Recientemente he reflexionado en lo que pudiere ser de Guatemala, si hacemos las reformas institucionales necesarias, nos empeñamos en fomentar la empresarialidad y los mercados de capitales, pero a la par existiere un pacto de nación para combatir la corrupción y crear un servicio civil con enfoque meritocrático. Aquí plasmo mi visión.

Guatemala no se va desarrollar sin un Congreso funcional y con gente proba que apruebe las reformas legales que el país necesita. Cada cuatro años elegimos a representantes al Congreso a “listas de desconocidos” que son designados por clubes de “empresarios” de la política o ahora incluso, representantes del crimen. No obstante, anhelo un futuro en que los ciudadanos nos organicemos en partidos con ideologías y plataformas definidas, que compitan por el poder en forma limpia y con financiamiento público y privado “transparente” que permita la fiscalización ciudadana. Partidos políticos que dejen atrás a los “líderes mudos” que no dicen “nada” durante cuatro años para aparecer antes de las elecciones para ofrecer lo mismo. Candidatos para presidente, diputados y alcaldes que provengan de lo mejor de la ciudadanía.

De la misma forma, algo que deberá cambiar es la visión de ciertos miembros de la élite política y económica que, con lo que yo llamó un “pragmatismo sin principios” que nos está llevando al fracaso, apoyan proyectos políticos sin norte ni con buenas intenciones con tal que “no hagan olas”. No se han dado cuenta aún, pero por ese “pragmatismo” poco a poco han cedido la agenda política a los intereses patrimonialistas. Les están robando “la plaza”. Debe existir una concientización a la democratización verdadera.

Con estos a priori y tomando como modelo a Singapur (o Francia) debemos llegar al convencimiento que una agenda política y cualquier programa de desarrollo no puede llevarse a cabo eficazmente si no es con servidores públicos bien capacitados y remunerados y en un sistema donde prime la meritocracia y donde no haya tolerancia a la corrupción. Tomando como ejemplo Corea del Sur, Japón, Taiwán y Singapur debemos redoblar esfuerzos en educar a nuestros niños y jóvenes para aprovechar el “bono demográfico” venidero.

Con partidos políticos funcionales y una burocracia efectiva pudieran promoverse políticas públicas de gran envergadura para sacar de la pobreza a las masas del país (60% de la población). El antídoto a la polarización y la creciente fortaleza de grupos políticos antisistema (e.g. MLP) es que la población se convierta en “socio del desarrollo” del país. ¿Cómo se haría esto? Es conocido que muchos países han constituido “fondos soberanos de inversión”. Quizá el ejemplo más atinente para Guatemala porque no produce hidrocarburos es Temasek Holdings y la Corporación de Inversiones del Gobierno de Singapur (GIC). La GIC maneja las reservas internacionales del país y Temasek activos estatales relacionados con puertos, astilleros y otras empresas estatales vinculadas a infraestructuras. GIC maneja ahora mismo $ 453.20 millardos y Temasek otros $ 375.38 millardos y son de los inversionistas soberanos más grandes del mundo en las mejores compañías multinacionales.

¿Cómo funcionaría este esquema? Propondría que se cree una sociedad anónima de propósito especial (SPE1, el “fondo”) a la cual se le dé la facultad de crear a su vez otras sociedades de propósito especial (SPE2, 3, etc) que a su vez diseñarían y sacarían a licitación, o bien invertirían, en proyectos de carreteras de peaje, infraestructura aeroportuaria, portuaria, sanitaria (Lago de Atitlán), minería, hidroeléctricas o inyectaría capital a proyectos de inversión nacional (e.g. un corredor interoceánico) e incluso como en Singapur, en construir vivienda asequible por mecanismos de ahorro obligatorio financiados parcialmente con dinero público. En SPE1 se mandaría que el 50%+1 de las acciones estuvieran en control del Estado de Guatemala, un 20% se entregarían a todo ciudadano y otro 30% se cotizarían en bolsa. SPE1 controlaría todas las SPE´s inferiores y se permitiría que en cierto porcentaje a su vez se puedan emitir y comerciar en bolsa las acciones sobre las mismas o emitir deuda en mercados de capital. El gobierno corporativo debería estar controlado en mayoría calificada por personas expertas en finanzas internacionales, con aspectos de acreditación rigurosos para asegurar la profesionalidad.

Con este plan se haría “socio” al pueblo del desarrollo del país evitando la conflictividad. En segundo lugar, crearía los mecanismos de mercado para hacer nuestro “Plan Marshall” en Guatemala impulsado por los mercados de capital haciendo del país un centro logístico mundial como lo hizo Singapur, más ahora que mucha industria migrará de China. En tercer lugar, los recursos fiscales añadidos de la participación del Estado en SPE1 se invertirían en mayor gasto social, urgente en Guatemala. La “chispa” del desarrollo se prendería para Guatemala.

Artículo anteriorAfortunado terremoto en Chile
Artículo siguienteLa lista provocó un enorme alivio