Ayer el Tribunal Supremo Electoral notificó al Partido VAMOS la apertura de un expediente por posible campaña anticipada. Foto La Hora/VAMOS/Facebook

 

Ayer el Tribunal Supremo Electoral notificó al Partido VAMOS la apertura de un expediente por posible campaña anticipada, citando para el efecto las cuentas oficiales de ese partido en las redes sociales, pero sin especificar detalladamente a qué publicación se refiere el expediente. El trámite tiene todos los visos de constituir una “llamada de atención” para que no digan o, como se dice corrientemente, para tapar el ojo al macho, puesto que en las mencionadas redes no aparece, misteriosamente, nada del acto en el que se autoproclamó como Jefe de Jefes Miguel Martínez.

La campaña anticipada es un instrumento al servicio del sistema para eliminar a cualquier potencial candidato que represente, aun mínimamente, algún riesgo para lo establecido en términos de facilitar y alentar la corrupción, dando garantía de impunidad al mismo tiempo. Resulta estúpido suponer, siquiera, que una democracia puede serlo si le pone mordaza a los políticos que deben guardar cómplice silencio todo el tiempo hasta que se haga la convocatoria a elecciones.

Ninguna democracia en el mundo funciona de esa manera porque la participación ciudadana demanda conocimiento detallado de los diferentes actores y su propuesta política. Esperar que la gente pueda votar responsablemente cuando los candidatos tuvieron que estar como los Tres Monos Sabios, es más que una tontería; en realidad se trata de una absoluta perversión del concepto de democracia que conviene mucho a los politiqueros acostumbrados a comprar votos.

El asunto ahora está tomando cariz diferente, puesto que no se trata solo de silenciar voces que pueden ser molestas, sino que es el instrumento para decidir quién participa y quién se queda fuera, aplicando la normativa que permite a la autoridad electoral, ahora totalmente cooptada, negar el derecho de inscripción a quien se le antoje.

Afortunadamente, son muy pocos los ingenuos que creen que el TSE está tratando de actuar con el mismo rasero en el análisis del comportamiento de todos los políticos y de todos los partidos. Es obvio que nunca, desde que se instituyó el Tribunal Supremo Electoral, había caído tan bajo en el respeto de la ciudadanía que ve, con mucha preocupación, las maniobras que hacen para disponer de un sistema informático que facilite el manoseo de los resultados.

Ya veremos que VAMOS puede desvanecer los señalamientos en su contra porque basta con entrar a los sitios de internet señalados en la notificación para darse cuenta de que aquí hay compadre hablado y que se trata de desviar la atención ciudadana.

Redacción La Hora

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