Una de las premisas impuestas para el manejo de la información en La Hora es consultar a todas las fuentes interesadas o afectadas por alguna información recibida en nuestra redacción y por ello, tras recibir noticias de los pactos entre el oficialismo y la candidata Sandra Torres de la UNE, al saber de su presencia en los Tribunales para una diligencia, se instruyó al reportero de la fuente para consultarle al respecto. No nos gusta publicar chismes o rumores y por ello era importante la versión de la misma Sandra Torres y, como lo deben hacer nuestros periodistas, se le formuló la pregunta con todo respeto y educación, como puede notarse en el audio publicado ayer.
Por precisión y para publicar exactamente lo dicho por las fuentes, grabamos las entrevistas y eso se hace para garantía y beneficio del declarante a fin de dar a conocer con precisión las respuestas obtenidas y también para publicarlos en la plataforma digital si ello es necesario para mayor precisión.
La señora Torres es Secretaria General del Partido UNE, entidad de derecho público y, por lo tanto, una de las fuentes de información a la que se tiene libre acceso de acuerdo con los dictados de la Constitución y la Ley de Emisión del Pensamiento. Si un funcionario no quiere hablar no lo hace y el periodista simplemente consigna cuál fue su actitud, pero preguntar no constituye ninguna forma de acoso y, mucho menos, si se hace de manera educada y responsable. Tampoco lo es grabar la entrevista porque no es una conversación privada, sino, justamente, son preguntas sobre hechos de la realidad política del país.
Al margen de sus respuestas y de su afirmación sobre la amplia libertad de sus diputados para votar como les parezca sin seguir la línea partidaria, La Hora publicaría literalmente lo que dijera, tal y como corresponde al manejo responsable de la información. Editorialmente, en la sección de opinión, se puede publicar cualquier comentario al respecto, pero en la parte informativa relatamos hechos concretos y no nos gusta dar cabida a especulaciones, por lo tanto, nada es más importante que acudir a la misma fuente.
El acoso es el argumento de algunas mujeres con participación en la vida política para evadir el escrutinio público, que es parte de los llamados pesos y contrapesos esenciales para la democracia. Todos, hombres y mujeres con responsabilidades públicas (los partidos son instituciones de Derecho Público), pueden ser interrogados sobre sus acciones en ese ámbito. Tienen derecho a responder o no, pero no a reacciones hepáticas con amenazas.
