Inflación galopante elevada
La pandemia y la guerra entre Ucrania y Rusia han generado altos costos de combustibles y canasta básica. Foto: La Hora

La pandemia no sólo tuvo efectos en la salud pública sino también en la economía mundial por las consecuencias de la suspensión de actividades en casi todos los países del mundo y la necesidad de los Estados de compensar de alguna manera las carencias de la gente, proporcionando diferente clase de estímulos que implicaron erogación de dinero que en ese momento sirvió a muchos, pero que ahora pasa factura como generalmente ocurre luego de ese tipo de políticas que no por ser absolutamente necesarias dejan de producir inflación.

Si a ello sumamos la guerra en Ucrania por la agresión de Rusia y sus efectos económicos, sobre todo en el mercado energético, podemos hablar de una especie de tormenta perfecta porque a la escasez en la producción y el transporte de bienes se suman otros factores entre los que no se puede descartar la especulación que agrava las condiciones ya adversas por naturaleza.

Los indicadores mundiales permiten hablar de una inflación bastante elevada y sus efectos están siendo muy duros sobre la humanidad porque casi no hay país que se libre del fenómeno, ni siquiera aquellos que, como Guatemala, maquillan los datos para permitirle al gobernante presumir de sus “grandes aciertos” en el manejo de una economía que definitivamente no entiende.

La inflación es un fenómeno que afecta toda la cadena de producción y que tiene especial impacto en el transporte de personas y de mercancías, lo que se traduce en alza de precio de todos los productos y en la reducción de la oferta, como pasa con muchos bienes que no sólo tienen mayor valor en el mercado, sino algunos fabricantes reducen la cantidad que entregan en cada paquete, botella o envoltorio, lo que obliga a incrementar la velocidad con la que se tiene que reabastecer el consumidor.

Guatemala oficialmente presenta cifras de inflación relativamente bajas en comparación con las que se publican en otros países, pero ya sabemos que ello es consecuencia de ese maquillaje. Además, tenemos la bendición de las remesas familiares que constituyen una parte importante del ingreso de divisas y del Producto Interno Bruto, lo que mitiga para muchas familias que las reciben el impacto de la inflación, pero en la medida en que ésta sigue en aumento su impacto será cada vez mayor aún entre los núcleos de quienes tienen la suerte de recibir mensualmente una cantidad de dólares enviada por sus parientes que emigraron.

El problema se vuelve más serio en la medida en que las autoridades lo evaden y pretenden ocultarlo porque se olvidan de dictar políticas mínimamente coherentes.

Redacción La Hora

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