En julio de 2021, el embajador de EE. UU. en Guatemala, William Popp participó en el donativo de un cargamento de vacunas moderna al gobierno de Alejandro Giammattei. Foto La Hora/Presidencia

En respuesta al ataque que frente a enviados de la Fundación Heritage hizo Giammattei a USAID, acusándola de ser la vanguardia de una ofensiva que pretende derrocarlo del poder, ayer se divulgó un comunicado que contiene los proyectos en los que esa agencia internacional de desarrollo ha apoyado en este gobierno y nos llama la atención especialmente el tema de la vacunación, puesto que por su medio los CDC y Estados Unidos en general, brindaron 8.5 millones de vacunas Moderna, un poco más de las que vendieron a cuentagotas los rusos luego de haberse embolsado (coima de por medio) una millonada de dólares y de que una gran cantidad de las Sputnik V vencieran si poder ser utilizadas.

Guatemala pudo vacunar gracias a las donaciones que permitieron disponer de vacunas de otras marcas, reconocidas mundialmente y no como las rusas que no son válidas por falta de certificación de la OMS dadas deficiencias comprobadas en su elaboración. Y la donación más fuerte, superior como decimos a la cantidad comprada a los rusos, fue la de AID lo que contribuyó a que en las áreas urbanas el índice de vacunación fuera mucho más elevado que en las áreas rurales e indígenas a donde no se supo llegar para promover la inmunización.

Si fuera cierto eso de que USAID y Popp están promoviendo el indigenismo lo primero que pudieron hacer es condicionar la donación de esas vacunas para la población rural e indígena, cosa que no hicieron. En cambio, lo que sí se hizo fue sacar las castañas del fuego provocado por Giammattei y su más que mediocre equipo de salud con la estafa rusa y luego se produjo aquello del perro que muerde la mano que le da de comer porque precisamente eso hizo el gobernante guatemalteco con una entidad que, sin condiciones, se puso al frente en términos de donación de vacunas para los guatemaltecos. Aparte de las vacunas donaron 5.9 millones de jeringas, 70 concentradores de oxígeno, 50 ventiladores y US$14 millones en asistencia técnica para la cartera.

Pero todo eso no pesó en la mentalidad de Giammattei quien no perdona que la agencia norteamericana suspendiera la ayuda a un Ministerio Público que dejó de ser el instrumento de la lucha contra el crimen porque se decidió a ser instrumento de la impunidad y de la persecución de aquellos que le caen mal a la mafia que gobierna. Cuando más falta hacía disponer de vacunas, fue USAID quien vino a salvar al sistema de salud con sus valiosas donaciones.

Redacción La Hora

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