Jorge Santos

jsantos@udefegua.org

Defensor de derechos humanos, amante de la vida, las esperanzas y las utopías, lo cual me ha llevado a trabajar por otra Guatemala, en organizaciones estudiantiles, campesinas, de víctimas del Conflicto Armado Interno y de protección a defensoras y defensores de derechos humanos. Creo fielmente, al igual que Otto René Castillo, en que hermosa encuentra la vida, quien la construye hermosa.

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La primavera como estación, está asociada por excelencia a grandes transformaciones en las sociedades y no podría ser para menos, dado que esta es la estación del florecimiento de la vida, luego del invierno.  En la primavera todo cambia, los colores empiezan a tomar control de todo y lo que momentáneamente se había muerto, renace; los que habían hibernado durante todo el invierno salen a luz, pueden saciar su hambre y beber agua fresca y pura del deshielo.  En resumen, la primera toma control, de absolutamente todo, no lo hace parcialmente, sino es radical y hermosa.  Por lo que, para que la primavera se instale, lo debe de hacer en plenitud, por lo que el invierno debe de desaparecer en absoluto, los ríos fluyen en sus cauces, las flores, los árboles reverdecen, los animales garantizan su alimento y logran reproducirse y el sol alimenta e ilumina la posibilidad del ecosistema más bello que la humanidad conoce. 

En Guatemala llevamos 69 años esperando que el ciclo retome la primavera y para ello los Pueblos que habitan estos territorios han luchado, incluso regado con su sangre la posibilidad de que eso suceda.   La lucha de los Pueblos para que llegue la primavera ha sido como una gota perenne que se choca contra la roca y por fin ha logrado hacer que roca se quiebre.  Sin embargo, existen actores que, aunque cada vez más solos, se resisten a que llegue la primavera.  Es por ello, que hoy y ahora con más fuerza, radicalidad y profundidad necesitamos luchar para permitir que el amor y el florecimiento de la vida se den.  

La transformación de este sistema de violencia, corrupción, empobrecimiento e impunidad ha empezado quebrarse y necesita de una fuerza social que siga haciendo avanzar la posibilidad de construir democracia y vida digna para todos y todas.  Para que esto sucede, debe de darse ciertos procesos previamente, tal vez el más importante, quitar del puesto de Fiscal General y Jefa del Ministerio Público, Consuelo Porras, su Secretario Ángel Pineda, Rafael Curruchiche Fiscal Especial contra la Impunidad del MP, así como la fiscal Cinthya Monterroso, a su vez las y los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y con ellos y ellas, los jueces Fredy Orellana, Jimmy Bremer, Geisler Smaily y otros y otras deben de renunciar a sus puestos, para liberar estas instituciones de las mafias que hoy las gobiernan. 

Es aquí y es ahora, por las y los niños que merecen el alimento que la primavera nos permite obtener; por sus padres y madres que merecen tierra para cultivar y vivir; por las mujeres para que crezcan y vivan libres de violencia y tengan los mismos derechos que todos; por las y los adultos mayores, para que vivan en dignidad el goce del retiro laboral, por las y los trabajadores para que su salario les permita cubrir lo necesario para una vida digna, por todos y todas, es aquí y es ahora y necesitamos hacer florecer la primavera.  

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