Jorge Santos

jsantos@udefegua.org

Defensor de derechos humanos, amante de la vida, las esperanzas y las utopías, lo cual me ha llevado a trabajar por otra Guatemala, en organizaciones estudiantiles, campesinas, de víctimas del Conflicto Armado Interno y de protección a defensoras y defensores de derechos humanos. Creo fielmente, al igual que Otto René Castillo, en que hermosa encuentra la vida, quien la construye hermosa.

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Por Jorge Santos

El Pueblo Q´eqchi´ habita, es posesionario y propietario de los territorios de lo que hoy se conoce como los departamentos Alta y Baja Verapaz. Según algunos registros cerámicos encontrados en la zona, el establecimiento del Pueblo Q´eqchi´ en dichos departamentos data desde unos 600 años antes de Cristo y fueron uno de los Pueblos que más resistió a la atroz invasión y colonización de España.

Hoy como una especie de bucle o como repetición permanente, las instituciones gubernamentales del criminal Gobierno de Alejandro Giammattei vuelven a instaurar una política de terror, violencia, desolación, empobrecimiento y muerte en los territorios del Pueblo Q´eqchi´ para garantizar así que ilegales pero poderosos terratenientes puedan ocupar tierras que no les pertenecen.

Este lunes el territorio que le pertenece al Pueblo Q´eqchi´ amaneció ocupado, según testimonios en terreno, por más de 2,000 efectivos de la Policía Nacional Civil y alrededor de 1,000 efectivos militares, más civiles fuertemente armados, con el objeto de desalojar a comunidades enteras en donde habitan familias del Pueblo Q´eqchi´ y Pocomchi´. Ya para el primer día se denunciaba un comunitario herido de bala, casas quemadas, cultivos destruidos, robo de enseres y animales domésticos, como una estrategia usada durante el Conflicto Armado Interno por un ejército y fuerzas policiales que gestaron el Genocidio, contra los Pueblos Indígenas en el país.

Como es bien sabido Guatemala es una sociedad en donde el racismo ha sido la ideología sobre la que se han gestado las peores atrocidades en contra de los Pueblos Indígenas y evidentemente uno de los lugares donde se materializa más profundamente este fenómeno son los departamentos de Alta y Baja Verapaz. Este racismo contra el Pueblo Q´eqchi´ no es más que producto de una rancia élite local de criollos y descendientes de españoles y alemanes usurpadores de un vasto territorio que no les pertenece.

Las comunidades hoy afectadas, han sido objeto de graves violaciones a derechos humanos en el pasado, que van desde la conquista, pasando por la reforma liberal, el Genocidio durante el Conflicto Armado Interno y más recientemente los desalojos violentos que dan muestra de la servidumbre en la que las instituciones públicas se encuentran frente al poder económico. Este racismo, ideología que reviste el modelo económico, ha permitido que los Pueblos Indígenas y en particular Q´eqchi´ subsista en condiciones de pobreza y pobreza extrema, así como también en trabajo semi esclavizado en fincas que producen y reproducen el modelo en cuestión.

Hoy el Pueblo Q´eqchi´ resiste como ha resistido históricamente, pero demanda de nuestra solidaridad y acompañamiento activo, tanto nacional como internacionalmente, para que este bucle y continuidad de la violencia sea detenida de una vez por todas. Los territorios del Pueblo Q´eqchi´ deben de ser respetados y devueltos a quienes legítimamente les pertenece y acabar de una vez por todas la ilegal ocupación y usurpación de sus tierras. Mientras esto ocurre, ya desde esta tribuna nos solidarizamos con las familias afectadas y lanzamos una denuncia más frente a la violencia estatal desatada.

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