Jonathan Menkos

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Jonathan Menkos Zeissig
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El día de mañana el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) presentará su III informe centroamericano de política fiscal, que constituye la investigación prospectiva de mayor profundidad en la vida del Icefi, y se entrega a la sociedad centroamericana en medio de diversos problemas que impiden ser optimistas sobre el futuro, precisamente con el objetivo de demostrar que otra Centroamérica es posible.

El informe parte de los compromisos que los Estados centroamericanos han asumido para el cumplimiento de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), delimitando técnicamente las metas de desarrollo que, de concretarse, tendrían un mayor impacto tanto en el bienestar social como en el desarrollo sostenible.  Aun cuando se reconoce que no se podrán cumplir todas las metas establecidas en los ODS, tomando en cuenta el corto horizonte de tiempo (nueve años), los escasos recursos y las necesarias mejoras de gestión y cambio institucional, se propone una hoja de ruta realizable, entre 2022 y 2030, con medidas de acción pública que lograrán erradicar la extrema pobreza, universalizar el acceso a la educación de todas las niñas, niños y adolescentes centroamericanos y lograr mejoras sustanciales en los subsistemas públicos de salud y en los servicios de energía eléctrica utilizando fuentes renovables, agua y saneamiento, así como elevar la infraestructura vial y promover la innovación. Se pretende así la construcción de Estados efectivos que, además de mejorar su eficacia y eficiencia, asuman una gestión ambiental apropiada y la promoción en la igualdad.

Asimismo, el informe responde a las preguntas sobre cuánto cuesta y cómo movilizar los recursos financieros necesarios para su cumplimiento. En ese sentido, se estima que la mejora en la eficiencia del cobro de los tributos actuales y la armonización de estructuras tributarias de cada país, con miras a avanzar efectivamente hacia la integración de la región, en conjunto con la eliminación de los gastos tributarios que no tengan resultados positivos y el combate a los flujos ilícitos de capital pueden dotar a los Estados de suficientes recursos para cumplir esta agenda de desarrollo y democracia. También se proponen medidas para mejorar la gestión de la política fiscal mediante el fortalecimiento de la suficiencia y sostenibilidad fiscal; establecer criterios y procedimientos para evaluar la calidad, efectividad y eficiencia del gasto público; construir agendas creíbles y verificables de transparencia fiscal; incluir rectorías en materia de género, medio ambiente y recursos naturales, cultura, migración, competencia, competitividad e innovación, que permitan dotar a las administraciones públicas y a los poderes del Estado de conocimientos y capacidades para promover el desarrollo. También se deberá definir mejor las prioridades de la agenda legislativa, enfocando su esfuerzo en la construcción del desarrollo, fortalecer el combate a la impunidad y la corrupción; y, finalmente, crear y fomentar las condiciones objetivas sociales, económicas y políticas que permitan a los ciudadanos tener la certidumbre de que las decisiones del poder público buscan el beneficio de todos y, cuando esto no es posible, se prioriza el beneficio de las mayorías.

¿Se ha imaginado una Centroamérica sin hambre ni pobreza, en la que todas las personas tengamos el acceso garantizado a salud, educación, vivienda, agua, electricidad y saneamiento? ¿Ha calculado que como efecto de estos esfuerzos habrá más empleo y crecimiento económico y se cerrarán los caminos a la corrupción?

Sí, otra Centroamérica es posible, una en la que quepamos todos y quepamos bien, con nuestras diferencias y garantizados todos nuestros derechos. Lograrla será el resultado de nuevos acuerdos políticos, económicos y fiscales, basados en el diálogo informado, amplio y sensato. Usted y yo, estamos llamados a tomar conciencia y trabajar para que esto suceda.

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