Juan José Narciso Chúa

juannarciso55@yahoo.com

Guatemalteco. Estudió en el Instituto Nacional Central para Varones, se graduó en la Escuela de Comercio. Obtuvo su licenciatura en la USAC, en la Facultad de Ciencias Económicas, luego obtuvo su Maestría en Administración Pública INAP-USAC y estudió Economía en la University of New Mexico, EEUU. Ha sido consultor para organismos internacionales como el PNUD, BID, Banco Mundial, IICA, The Nature Conservancy. Colaboró en la fundación de FLACSO Guatemala. Ha prestado servicio público como asesor en el Ministerio de Finanzas Públicas, Secretario Ejecutivo de CONAP, Ministro Consejero en la Embajada de Guatemala en México y Viceministro de Energía. Investigador en la DIGI-USAC, la PDH y el IDIES en la URL. Tiene publicaciones para FLACSO, la CIDH, IPNUSAC y CLACSO. Es columnista de opinión y escritor en la sección cultural del Diario La Hora desde 2010

post author

Juan José Narciso Chúa

El Congreso de la República, específicamente la Comisión de Medio Ambiente de dicho organismo, se lució, sí, se lució, pero en su ignorancia y en su pretensión omnímoda de destrucción de toda la institucionalidad del país, en este caso, les corresponde un retroceso mayor a las instituciones de ambiente.

La iniciativa 6054, constituye una afrenta en contra de los pocos avances que se han tenido en materia ambiental, producto de las escasas asignaciones presupuestarias otorgadas a las entidades que se pretenden integrar al absurdo superministerio de ambiente, las cuales relacionadas con las diferentes competencias y la inmensa cobertura geográfica que deben atender resultan exiguas.

La ignorancia de los diputados ponentes es francamente enciclopédica, apabullante y fastuosa en la redacción de la exposición de motivos con los cuales justifican el famoso nuevo y gigantesco MARN. Señalan los señores diputados, palabras más y palabras menos, que desde que se crearon Conap, INAB, OCRET y las autoridades del lago de Amatitlán, Atitlán, Izabal y Río Dulce y Petén Itzá, poca acción ha habido para disminuir la contaminación de dichas fuentes.

Igual, agregan que la desagregación de funciones (sic) en temas ambientales ha conllevado a que existe más burocracia, así como indican que la estructura de gobernanza (sic) con que cuentan las referidas instituciones no permite avanzar en el desarrollo de sus competencias, delegando (sic) en juntas, consejos y otros similares, la responsabilidad ambiental de sus dependencias.

Ello, en otras palabras, según nuestros “ilustres” diputados, los cuerpos colegiados son los que llevan las acciones ejecutivas de las instituciones y no los cuerpos técnicos establecidos en cada organización respectiva. Vaya argumento, que únicamente destila una ignorancia supina.

Dice también que las autoridades del lago y CONAP no pueden ejercer coercitividad sin tener el acompañamiento del MARN…(sic), pero de dónde sacaron semejante disparate, con lo cual no existe capacidad de respuesta, se incrementa la burocracia y no garantiza (sic) calidad del gasto.

Ciertamente, es menester indicar que efectivamente las instituciones en cuestión, no sólo cuentan con recursos financieros, materiales, humanos y tecnológicos limitados, pero el ámbito de su competencia institucional se estableció en sus propios marcos normativos que fueron emitidos por diputados del mismo Congreso de la República, igualmente, en el caso de CONAP, los diputados declaran áreas protegidas, pero sin la contraparte financiera que necesitan para hacer su trabajo.

Es imprescindible reconocer también que todas las instituciones involucradas en este adefesio de iniciativa de ley, requieren de cambios estructurales, esto es una verdad indiscutible, pero no de la forma en que pretende este grupito de “pensantes” diputados, que al final únicamente se encuentren interesados en abrir otros “centros de interés”, para desplegarlos en la corrupción, facilitar el uso del bosque en áreas protegidas, avanzar más en la cobertura de la palma africana y facilitar, aún más, los permisos y licencias para empresas extractivas.

¿Usted lector se preguntará, por qué no tocan al MEM?, porque efectivamente hace su trabajo de ser dependencia exclusiva de los grupos extractivos del país y lo hacen sin escrúpulos ni vergüenza.

Con esta ley provocarían graves daños a las Concesiones Forestales Comunitarias -el programa más exitoso de CONAP-, igual dañarían la potencialidad de los incentivos forestales PINFOR y PINPEP, a pesar del peso y desbalance que los mismos tienen con respecto intereses económicos particulares e igualmente, terminarían de convertir a OCRET en un eslabón de corrupción, así como destruir los esfuerzos de las autoridades de los lagos en Guatemala.

Esta pretendida iniciativa significaría un daño mayor a estas instituciones que ya necesitan repensarse, pero no de esta forma tan amañada, absurda y desastrosa que plantean en esa iniciativa 6054. Porque al final, si el interés fuera la cuestión ambiental, ello significaría otorgarle el papel fundamental que le corresponde en la actualidad y aún más de cara al futuro. La temática ambiental es prioridad respecto de otras, incluso mantenerlas con respiración artificial como es el caso de Guatemala va en contra de la supervivencia de la población guatemalteca y la humanidad en general.

Artículo anteriorLa mora fiscal y judicial
Artículo siguientePinochet no resucitó, pero…