Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

“Vivimos una época que promueve los sueños tecnológicos más delirantes, pero no quiere mantener los servicios públicos más necesarios.”
Slavoj Zizek

Nos encontramos en la era de la tecnología, en la que las distancias han disminuido de tal forma que observamos las noticias en tiempo real, un teléfono es la principal herramienta de trabajo para la mayoría de las personas, desde un taxista hasta un ingeniero, pasando por los estudiantes y los docentes, sencillamente el mundo se abrió y se acercó.

En ese contexto lejos han quedado las distancias y barreras, prueba de ello es que el mundo entero ha seguido al minuto, la guerra de Ucrania con el dolor que eso conlleva, al instante sabemos desde lo más vacuo hasta lo más complejo, que afecta o no a la sociedad en general, o solamente a un pequeño grupo, por ejemplo encontrándonos en nuestro país pudimos seguir de cerca el desenlace final del recorrido del cohete chino, que había entrado en la atmósfera sin control, y que podría haber impactado en España, afortunadamente no fue así.

Así las cosas, nosotros en este maravilloso y pequeño país, estamos en la era paleolítica o antes de esta, todos hemos experimentado esa molestia que significa mantenernos en el tráfico de la capital hasta tres horas, para llegar a un lugar que, en plena pandemia recorríamos en 20 minutos, sin importar la hora, a veces da lo mismo si usted sale a las 5:00 de la mañana como a las 15:00, ¿Qué pasó? Que el antisistema en el que vivimos nos avasallo, vendiéndonos la Comuna la idea que los pasos a desnivel son una forma de acelerar el tráfico, pero el impacto ha sido todo lo contrario, por lo que los pasos a desnivel se han convertido irremediablemente en embudos para la población.

En ese orden de ideas, sin embargo, podemos solicitar los antecedentes penales y policiacos en línea y nos los envían inmediatamente, se extienden facturas electrónicas, vivimos en una vorágine en la que los Supersónicos parecen de la era rupestre, pero ¿Y los pasaportes? Esos documentos que son públicos, al parecer se quedaron en esa era, dejando a la población con incertidumbre sobre la obtención de este.

Veamos, si queremos saber sobre cualquier gestión en Migración hoy llamada pomposamente Instituto, nos acercamos a solicitarla, y nos encontramos con que nuestra única opción es una persona, que se sienta en una silla, con vistas a la calle tras una reja, para proporcionar la información más variada y ¿El usuario? Bien muchas gracias, hace su cola bajo el agua, el viento o el sol, al fin que se aguante, eso sí, paga primero en el banco su boleta (Como en todo) sin previo pago no hay servicio, recordemos que el pasaporte es un documento público, llena su solicitud en un despersonalizado aparato, y sorpresa, le agendan la cita para dentro de un año, con suerte.

Pero hay alternativas, puede comprar su boleto de viaje, y con la incertidumbre que eso conlleva llegar a solicitar le extiendan “por favor” su pasaporte, porque si no es así lo deja el avión, al darse cuenta los funcionarios, que se estaba convirtiendo en costumbre dijeron no, que eso no es posible, hoy solamente le atienden de emergencia, (llevar el boleto del avión) si está enfermo o tiene un problema grave, ante esto el usuario se pregunta ¿Me tengo que morir primero para que me den el pasaporte? Aliviados estamos.

Luego hay otra forma de burlar la estricta regla de un año, y es más sencilla, no renueve pasaporte solamente prorróguelo, y terminará su calvario, pero ¿Qué significa que lo prorrogue? Que pago los $50.00 o $100.00, los señores me validan mi pasaporte por cinco o diez años más, depende del pago, pero el pomposo Instituto no gasta nada, absolutamente nada y me quedo con el mismo antiguo pasaporte solamente que prorrogado.

Ir a tramitar el pasaporte en la actualidad es más tormentoso que nunca, aunque tenga cita, tiene que madrugar, tomando en cuenta que el tráfico es poco menos que bajar a los infiernos, hay que hacer siempre la consabida cola, además del hacinamiento de los solicitantes, el parqueo es algo menos que un asalto en descampado, además de que solo aceptan sencillo, sencillo sería que las autoridades de las diferentes instituciones nos respetaran un poco, tomando en cuenta que sus salarios se los pagamos con nuestros impuestos, además del cobro injustificado de algunos servicios, como el pasaporte que es un documento público extendido por el Estado.

Hoy nos encontramos con un tráfico más que aplastante, y con pasaportes caducados, esa es nuestra sociedad en el tercer decenio del siglo XXII.

Una sociedad que no se reinventa se castiga al ostracismo.

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