Fernando Cajas

Fernando Cajas, profesor de ingeniería del Centro Universitario de Occidente, tiene una ingeniería de la USAC, una maestría en Matemática e la Universidad de Panamá y un Doctorado en Didáctica de la Ciencia de LA Universidad Estatal de Michigan.

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En un arranque populista el rector impuesto Walter Mazariegos decidió inventar una actividad dizque de formación profesional en el Puerto de San José. Ya la Huelga de Dolores le había dado bastantes días libres al personal docente y administrativo de la Universidad de San Carlos, no bastantes, demasiados días libres. Hay unidades académicas que toman la Huelga de Dolores como una excusa para no trabajar y toman las instalaciones no solamente los viernes, cuando leen sus aburridos y repetitivos boletines, sino semanas antes de dicha actividad anacrónica y obsoleta. Ahora las autoridades universitarias deciden hacer una actividad de «formación», en el puerto, que le costó al pueblo de Guatemala casi 300,000 quetzales. ¡Vaya forma de despilfarrar el dinero público!

Mientras preparaban sus trajes de baño, imagino que también sus bebidas preferidas y daban las últimas instrucciones a sus subalternos (súbditos), quienes por miedo a enojar al pequeño emperador universitario preparaban sus maletas para la playa, el consejo superior Universitario, CSU, preparaba su nueva alianza con la Corte de Constitucionalidad, CC.

El pequeño emperador de la San Carlos dio un discurso alusivo al convenio de la USAC-CC, sabiendo que ya de antemano se habían aliado en el contexto del Pacto de Corruptos, cuando la CC jamás quiso conocer recurso alguno de las decenas de procesos legales que se establecieron en contra de una elección a rector amañada. Ahora el rectorcito propone intercambio de personal entre la CC y la USAC, ¿cómo será eso? Ah no, lo que quieren es que les den maestrías y doctorados y otros, tal como lo han hecho otras personas. ¿Pero, será necesario firmar un convenio para realizar las cosas que ya de por sí hace la Universidad? Claro que no. Lo que están haciendo es un posicionamiento público sobre la hermandad de quienes dirigen a estas instituciones, hermandad no en materia académica, no, en materia de objetivos: Consolidar al Pacto de Corruptos.

El convenio entre la USAC y la CC forma parte del proceso de producción de miedo, miedo para que los docentes, los investigadores, alumnos y personal administrativo que no está de acuerdo con la forma abusiva, corrupta e ineficiente en que se maneja la USAC se abstenga de protestar y finalmente se escondan en el silencio. Si ahora la corte más alta del país sale públicamente a hacer un convenio «académico» con las corruptas autoridades universitarias, entonces será más difícil acusarlos legalmente, no digamos imputarlos. Es lo mismo con los profesores, estudiantes y administrativos que fueron vinculados a proceso por el ridículo caso USAC: Botín Político, donde el Ministerio Público construyó otro caso falso, aduciendo que los estudiantes que protestaron contra el fraude de la USAC tenían por objetivo llevar a Arévalo a la presidencia. Nada que ver.

La relación perversa entre la USAC y la CC empezó hace ya varias décadas cuando los constituyentes inocentes de 1985 decidieron que las Comisiones de Postulación de las altas cortes estuviesen integradas por universidades. ¡Qué error! Parece que en la década de 1980 se tenía la idea ingenua de que las universidades serían la reserva moral del pueblo, pero no. Resultó que la ambición al poder fue más fuerte que la honestidad e idoneidad.  Pero la Corte de Constitucionalidad ha establecido esta relación enfermiza, para el país, con la Universidad de San Carlos, porque esta última forma parte en la integración de esta y otras altas cortes. La Universidad sí es un botín político para politiqueros que se han dedicado a la manipulación de las comisiones de postulación a través de participaciones corruptas de las universidades, principalmente la de San Carlos. Hay rectores que han ido a prisión por eso.

La actividad de «formación» del pseudo rector Mazariegos en el Puerto de San José del viernes pasado y la firma del convenio entre la Corte de Constitucionalidad y la USAC también de la semana pasada son actividades populistas para consolidar dos instituciones que perdieron sus objetivos, perdieron el Norte para las que fueron creadas. La Corte de Constitucionalidad, ahora dirigida por un individuo sancionado por corrupción en los Estados Unidos, perdió su función de defensa de la Constitución, del Orden Constitucional, porque como sabemos hace de todo, menos eso. Ahora la USAC no solamente perdió su Norte, porque una institución que no mejora los procesos educativos, con tan solo 10% como indicador de ingreso, esto es, solamente 10 de cada 100 que desean estudiar en la San Carlos ingresa y de esos, nuevamente 10 de cada 100 se gradúa en tiempos que son realmente largos, el triple de lo que establece el currículo. En investigación hace casi nada. Los investigadores de la USAC son profesores que batallan para conseguir fondos en una institución que en el fondo no le interesa la investigación científica.

Así las cosas, las actitudes populistas del pseudo rector de la San Carlos son indicadores de su baja capacidad académica y nula visión de transformación real universitaria. Para él la USAC es realmente un botín político. Como el único trabajo que aprendió a hacer es destazar, cree que a la USAC hay que destazarla. Ahora, que la Corte de Constitucionalidad se preste a realizar una payasada de convenio que no tiene pies ni cabeza porque en el fondo no hay forma de realizar un convenio académico entre dichas instituciones cuando ya están coludidas, esto es, son instituciones ambas cooptadas por la corrupción, eso merece un análisis más profundo. Entiendo el temor que siembran para callar a los docentes, lo entiendo, pero no acepto que los docentes universitarios honestos se queden en silencio cuando la institución se derrumba. Urge recuperar la dignidad universitaria y detener el ataque a la Universidad Pública, antes que no nos quede educación pública superior por defender. O es ahora o no será nunca Guatemala.

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