Fernando Cajas

Fernando Cajas, profesor de ingeniería del Centro Universitario de Occidente, tiene una ingeniería de la USAC, una maestría en Matemática e la Universidad de Panamá y un Doctorado en Didáctica de la Ciencia de LA Universidad Estatal de Michigan.

post author

Esta cadena de nombres: Xelajuj Noj, Quesaltenango con s, Quezaltenango con z y Quetzaltenango con t reflejan los diferentes momentos históricos de la actual Quetzaltenango. El área del valle del Quetzaltenango fue el territorio donde habitaron diferentes grupos. Hace 1500 años este territorio era habitado por los grupos Mam que llamaban esta región Culahá y que luego fueron reducidos a la actual Huehutenango, Zaculeu, por los K’ikche’s, quienes también tuvieron que defender este territorio de los Kakquiqueles y tz’utujiles quienes al final se asentaron en la ribera del Lago de Atitlan. Entonces en la historia de los últimos mil años encontramos a Culaha, Xelajuj Noj y luego a la llegada del ejercito nahuat-español a Quezaltenango.

Con la llegada de los españoles a Xelajuj Noj a través de las batallas libradas en el valle, que fueron varias, tras la muerte del guerrero Tecun Uman ante los ojos atónitos Hutiziil Zunum, su amigo, Pedro de Alvarado levanta un campamente en las cercanías de Xelajuj, esto es ahora Salcaja, Zakcaja dicen las crónicas, donde se construyó una iglesia que fue la primera conquista religiosa. Pocos años después, cinco, el campamente fue trasladado a Xelajuj  donde emergió la actual Quetzaltenango. La aparente victoria española no fue solamente por la batallas sino también fue el triunfo de las epidemias y de los desconocidos virus que ellos traían. Las batallas fueron muchas y esto marca el inicio de algo nuevo, de la fusión desarticulada, al principio, entre españoles, mexicas y ki’che’s. Al principio en el area de Xelajuj habitaban en su mayoria ki’che’s los cuales de adhirieron a la nueva religión católica. Es imposible decir los verdaderos sentimientos de los ki’che’s de entonces al adherirse al catolisismo, pero el fraguado de estas culturas dio como origen una nuevo paisaje cultural y de a poco se empezó a hablar en castellano sin dejar los idiomas locales.

Quetzaltenango no es solamente la conquista española, es la emergencia de una nueva comunidad. Hay un antes, antes, Culaha, hay un antes, Xelajuj Noj y hay un durante de los quezaltenangos que se desarrollan durante el periodo colonial pero que muestran ya los mismos deseos precolombinos de libertad y autonomía para los siglos XVII, XVIII y XIX. Lo que marca a Quetzaltenango es esta historia milenaria la cual empieza a tomar forma para 1700 cuando se dan los primeros indicios de la emergencia del Estado-Nación. Es entonces cuando Quesaltenango se marca como una comunidad con identidad. Los viajeros de la época lo dibujaban incluyendo a Chiapas y parte del Soconusco y extendiéndose en el Altiplano de Occidente de Guatemala. Para 1800 ya en Quezaltenango hay un movimiento regional de separación de la corona española y se da la independencia de Guatemala en un ambiente de ambivalencias identitarias en el Sur México y el Occidente Guatemalteco donde ya hay claridad sobre el Estado de los Altos que sería el Sexto Estado Centroamericano.  Esas luchas de los años 1800 marcan profundamente a Quezaltenango.

En 1821 de la pseudo independencia de España y paralelamente ya existen movimientos localistas en pro de un Estado de los Altos. En 1840 se dan los intentos de formación de dicho Estado y siguieron durante el resto de ese siglo, el Siglo XIX. Estos movimientos separatistas fortalecieron una identidad particular que ya existía, esa búsqueda de libertad y autonomía, que viene de Culaha, Xelajuj Noj, y que como producto de la fusiones, interacciones, multiculturales hacen de este pueblo un pueblo con fuerte identidad. Quezaltenango tenía relaciones con el Sur de México, había producciones de bienes y servicios, existía ya una oferta educativa importante, entre ellas la primera normal de formación de profesores y la Universidad de Occidente, que era utilizada por los y las quezaltecas así como por otros guatemaltecos de diferentes latitudes especialmente de mexicanos que venían a estudiar acá. Hay una reducción importante en el área geográfica dado el fracaso del intento de integración económica y política que hizo Justo Rufino Barrios en los años de1870 al ceder parte de lo que hoy es Chiapas a México y que era de Guatemala, realmente era de Quetzaltenango.

Quezaltenango entonces en 1800 e inicios de 1900 fue el referente cultural del Sur de México, también de la misma Guatemala. La frontera entre México y Guatemala por el lado de Chiapas siempre fue permeable. Así, si uno pregunta a los mexicanos que viven en esa frontera no pueden distinguir con facilidad si sus abuelos y tatarabuelos eran mexicanos o guatemaltecos. Emergen entonces fuertes movimientos musicales propios que interpretan la música ki’che’, sus ritmos, sus dolores y la reconstruyen en formatos con grupos de marimba que obtienen el reconocimiento mundial al ser invitados a la inauguración del Canal de Panamá en 1903. La marimba quezalteca entonces alcanza su punto más alto en producción local y en integración cultural así como reconocimiento internacional.

Para mediados del Siglo XX, en pleno ambiente de la Revolución de Octubre de 1944, Quezalteango tenía su propia identidad, localista, en búsqueda de autonomía, con capacidades políticas, económicas y culturales propias. Ya el intento de formación del Estado de los Altos había marcado profundamente a los quezaltecos. El intento de separación de Guatemala, la creación de un Sexto Estado el fusilamiento de sus líderes locales, su música, su poesía, su universidad, sus institutos normales, sus bancos locales, el mismo ferrocarril de los Altos de inicios del Siglo XX era parte de la herencia cultural quezalteca. Así que el Quetzaltenango actual tiene en sus raíces esta búsqueda de autonomía y libertad.

Para entender la naturaleza de la identidad quetzalteca actual hay que entender ese largo proceso histórico de formación. Si usted le pregunta a un quetzaltreco, chivo, si es Chapín, él o ella le dirán que NO, porque no se conciben como chapines. Pero si les pregunta si son guatemaltecos, le dirá que SI. Esto lo refleja la misma canción Luna de Xelaju, que emerge en 1940, justo cuando ya Quetzaltenango había mostrado su naturaleza autónoma y su carácter localista. La canción, que es un vals, es una hermosa melodía quetzalteca, que si bien tiene un origen discutido, al final aterriza en una melodía que es reconocida por los guatemaltecos, todos. Mi interpretación es que la canción Luna de Xelaju es el intento de los guatemaltecos para rescatar a Quetzaltenango, es el fenómeno antropológico por medio del cual los guatemaltecos capturan a los quetzaltecos haciéndolo sentir guatemalteco. Ciertamente la Luna de Xelaju es una canción que gusta mucho en Quetzaltenango pero que se ha convertido en un himno nacional para Guatemala. La Luna de Xelaju no hace que los quetzaltecos sean quetzaltecos sino más bien es el andamiaje social por medio del cual el resto de Guatemala hace que los quetzaltecos se sientan y sean guatemaltecos.

Quetzaltenango es entonces el hermano rebelde, el hijo prodigo, es el retorno a la construcción de una Guatemala nueva. Luego de esta caminata milenaria, luego de las batallas ki’che’s, luego de la construcción del Sexto Estado de los Altos, luego de los poemas de tantos y tantas, como los de Víctor Villagrán Amaya y sus callecitas rebeldes a la simetría, luego de  la Luna de Xelaju que nos ilumina para construir país, para intégranos, pare reconocer en la sangre de nuestros mártires la emergencia de un nuevo amanecer.

Nota: En este artículo me he beneficiado enormemente de la lectura del libro La Experiencia Colonial y la Transición a la Independencia en el Occidente de Guatemala del autor Jorge González Alzate y del Programa Redes Ciudadanas de Estéreo Cien, que celebra los 500 años de la ciudad de Quetzaltenango.

Artículo anteriorEstados Unidos a prueba
Artículo siguienteInsomnio