Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Estamos a menos de un mes de que arranque la campaña para las elecciones generales del 2023 y ya se perfilan al menos 7 precandidatos presidenciales, entre los que destacan Zury Ríos del partido Valor, Thelma Cabrera del MLP, Roberto Arzú del partido Podemos y Edmond Mulet del partido Cabal. Aunque aún no es oficial, es casi seguro que Sandra Torres también participará por el partido UNE. Es notorio, eso sí, que el partido oficial Vamos, aún no ha nominado a su candidato presidencial.

Otra vez se avizora una campaña electoral en la cual el discurso de polarización, así como las falsas promesas de los candidatos, alguna que otra rayando la estupidez, serán la constante en estas elecciones. No es ninguna novedad, los procesos electorales en Guatemala han sido así desde finales del siglo pasado, sin programas estructurados para abordar los múltiples problemas que nos aquejan. Es una pena que los ciudadanos no exijamos más a los candidatos.

Otro tema preocupante, además de la falta de programas de gobierno, es la incursión de dinero del narco para financiar candidatos a alcaldías, diputaciones e inclusive hasta campañas presidenciales. Ese financiamiento electoral se termina pagando carísimo.

La ignorancia en temas políticos la puede uno observar, inclusive, en columnistas de opinión. He tenido la oportunidad de leer a columnistas de distintos medios, quienes no tienen ni siquiera la mínima capacidad para distinguir entre una ideología y un sistema de gobierno. Y aun así pretenden influenciar en la decisión de voto de sus lectores.

Durante mis estudios de maestría en Chile, tuve como profesor de política a Andrés Allamand, quien fuera fundador y expresidente del partido Renovación Nacional, senador y diputado. En resumidas cuentas, una persona con un extenso conocimiento en política. Él nos enseñó a diferenciar un sistema de gobierno y una ideología, por ejemplo. También aprendimos sobre los sistemas de partidos políticos y cuáles funcionan mejor para la gobernabilidad. Ciertamente un sistema multipartidista, donde los partidos políticos son meros vehículos electorales y los aspirantes a la presidencia básicamente esperan un golpe de suerte para colarse a la segunda vuelta (tal como sucedió con el expresidente Morales y el actual presidente Giammattei) y así capitalizar el antivoto que seguramente tendrá la candidata de la UNE, es el peor sistema político para nosotros, los ciudadanos, pero es ideal para quienes acceden al poder político.

No pretendo decirles a mis estimados lectores cómo o por quién votar, ya que eso es una decisión personal (y secreta) de cada uno. Sin embargo, si quiero hacerles reflexionar sobre este ejercicio de “ciudadanía” que hacemos cada cuatro años, en el cual vamos a votar por el menos peor de los candidatos esperando que algún día, en algún proceso, logremos elegir al indicado para que resuelva todos nuestros problemas.
Obviamente este sistema funciona únicamente para que quienes tuvieron la suerte de resultar electos, se beneficien saqueando el Erario del país.

Estimado lector, investigue, infórmese sobre los candidatos a presidente, alcalde y diputado. Vea si han trabajado o si han vivido de la política toda su vida (como el actual gobernante). Verifique de dónde provienen sus fuentes de financiamiento. De esta forma usted podrá, por lo menos, tomar una decisión informada.

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