Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Emilio Matta Saravia
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Inicio esta columna expresando mi solidaridad con las víctimas palestinas e israelitas del conflicto armado que actualmente se desarrolla en la Franja de Gaza.

Resulta imposible no continuar hablando del tema de la vacunación a la luz del pésimo manejo que se le ha dado a este trascendental tema desde que inició. Hay un consenso unánime de que el éxito de la vacunación contra el COVID-19 es toral para lograr la tan ansiada recuperación económica que Guatemala necesita, y que, por el momento, a pesar de los alardes del gobierno, ha sido el 41% de crecimiento de las remesas el factor principal para que el consumo interno, y por ende la producción, hayan tenido un importante repunte en el primer cuatrimestre del año. No se puede tapar el sol con un dedo.

Volviendo a la vacunación y su importancia (el mismo mandatario aseveró en una entrevista que es un tema de Seguridad Nacional), distintos medios de comunicación han publicado que la venta de las vacunas rusas Sputnik V no incluía el flete a Guatemala, lo cual aparentemente es del desconocimiento de quienes realizaron la negociación. Al no tener acceso al contrato de compraventa era imposible saber las condiciones pactadas. Dichas condiciones, cualquier persona con un elemental conocimiento en comercio internacional debe saberlo, deben incluir como mínimo el precio por unidad y cantidad, la moneda en que se negocia y los incoterms (los incoterms son las normas, reconocidas internacionalmente, que las partes que suscriben un contrato de compraventa internacional de mercancías aceptan voluntariamente, sobre las condiciones de entrega de dichas mercancías). Sobre incoterms hay abundante material en internet, por lo que alegar desconocimiento es ridículo. Lo que salta a la vista y queda en evidencia es la impericia de quienes negociaron el contrato, además de lo lesivos que son los acuerdos de confidencialidad para los legítimos intereses nacionales.

El error que provocó el monumental desconocimiento en comercio internacional (ignorar qué significa una compra bajo condiciones FOB y una bajo condiciones CIF) de los funcionarios que firmaron el contrato de abastecimiento de la vacuna Sputnik V, y que puede estimarse entre los Q 40 y Q 45 millones para la compra completa, puede repercutir en la cantidad adicional de vacunas que se puedan adquirir con el presupuesto actual, o de tener que realizar otra ampliación presupuestaria. De momento se tiene comprometido casi el 77% de los Q 1,583 millones asignados para la compra de vacunas, si se incluye la última transferencia monetaria de Q 83.5 millones para este fin.

Al escribir estas líneas aún no se tiene información exacta sobre cuándo llegarán a Guatemala las próximas dosis, tanto de COVAX como de Sputnik V. La información oficial es errática y vaga. El rango de llegada de las vacunas va desde hoy jueves hasta finales de mayo. En cualquier embarque internacional, en este caso, las vacunas vienen por vía aérea, con tener a la mano el AWB (Airway Bill) se sabe con precisión la fecha de arribo de un embarque. Obviamente aún no lo tienen.

Lo peor de todo esto es la actitud oficial, de negar o tratar de ocultar los errores, en vez de afrontarlos. Lo único que provocan las autoridades es que los ciudadanos desconfiemos aún más del gobierno. Perdieron toda su credibilidad.

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