Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
En la vida le enseñan a uno que hay que manejar los frentes que se tienen abiertos porque el exceso de situaciones para controlar de manera simultánea resulta ser un arte y más aún cuando se viven momentos muy delicados.
Eso justamente nos está pasando como país. Estamos frente a la que puede ser la peor crisis de nuestra historia. El COVID tiene efectos sanitarios, económicos y sociales, lo que sucede es que somos una sociedad que no tiene cómo recolectar data de manera efectiva, entonces entendemos que hay impactos pero no podemos saber con plena certeza.
Además del Coronavirus y sus efectos, estamos navegando en un país sin cortes porque sigue existiendo una asquerosa componenda que quiere sentar a magistrados que ofrezcan impunidad. El Congreso se resiste a elegir, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) es parte de la jugada y hasta al CACIF le preocupa más que la CSJ y el Colegio de Abogados nombren magistrados en la CC para que puedan inclinar la balanza, sin que nadie quiera que hayan cortes independientes en el país.
Vivimos un contrasentido porque por un lado queremos atraer más inversión local y extranjera seria pero por el otro, mandamos señales contrarias con el manoseo de las cortes en el que la misma Fiscal General del Ministerio Público (MP) ya definió bando al presentar antejuicios contra los magistrados de la CC.
La CSJ ya arropó a los diputados, los diputados harán lo mismo con los magistrados de la CSJ y quedan los 3 de la CC a los que tratarán de ajusticiar a como de lugar. Los que hablaban con Gustavito del financiamiento a la UNE se relamen los bigotes en la misma CC.
A eso debemos sumarle las diferencias que hay en el Ejecutivo al nivel de la Presidencia y la Vicepresidencia, pero la verdad es que surge una oportunidad para que dentro de las facultades que otorga la Constitución, el Vicepresidente aborde los temas que no se están tratando desde la misma Presidencia, por ejemplo, elección de cortes y sus efectos, lo que pedirán los diputados por el presupuesto, el rol de la Contraloría y el MP en un Estado que busca salir de la cenizas de la corrupción y la impunidad.
Al Presidente el desgaste del Centro de Gobierno no le ayuda en nada a él y al mismo Gobierno y creo que el mandatario debe re pensar si quiere seguir teniendo a Miguel Martinez al frente del mismo porque se ha probado que ha sido un tema que está restando más que sumando en su hoja de ruta.
El sistema sigue operando a sus anchas, con tranquilidad, pactando las cosas como en los tiempos previos a abril del 2015 y eso es un enorme problema para construir la Guatemala que necesitamos.
Sabiendo lo que tenemos en juego, lo que estamos viviendo, lo que se nos viene, es fundamental que los que entendemos trabajemos alrededor de mínimos. Debemos perder el miedo de ponernos de acuerdo cuando lo común es que históricamente hayan desacuerdos.
Así como debemos asumir responsabilidad con el COVID, usar mascarilla, mantener el distanciamiento y lavarnos las manos, nos toca hacer nuestro trabajo ciudadano para unirnos y enfrentar un modelo que es pésimo para los negocios, para crecer, para atacar las causas estructurales de la pobreza y pasar a trabajar proponiendo los ajustes que nos marquen un rumbo mejor, diferente e incluyente.
