David Barrientos

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Guatemalteco con educación para el análisis de coyuntura, administración, dirección, alta gestión y coordinación de proyectos de seguridad, defensa, logística y manejo de crisis, con experiencias en el liderazgo de grandes unidades militares e interinstitucionales, actualmente consultor independiente y doctorando en ciencias sociales.

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David Barrientos

Las iniciativas, programas, planes o acuerdos entre los Estados Unidos y México para reducir la criminalidad principalmente en su área fronteriza, no han sido del todo efectivos, en virtud que la violencia en la región sigue siendo complicada; el trasiego y consumo de estupefacientes, la violencia, la migración, el trasiego de armas, mantienen a la región con un clima de inseguridad y deterioro de la calidad de vida de los habitantes del norte del continente, con el agravante de la pandemia y sus efectos conocidos.

Los últimos acuerdos entre Estados Unidos y México generan expectativa, se identifica un giro respecto a iniciativas anteriores, al hacer énfasis en condiciones como: el respeto, reciprocidad y corresponsabilidad; en un contexto de peculiares relaciones bilaterales entre ambos países; mostradas en esta etapa, con la captura de un general mexicano y en la negativa de otorgar visas a agentes estatales norteamericanos; aspectos que hacen florecer señalamientos como: la demanda y consumo de drogas en la región, con un aumento en la oferta de narcóticos sintéticos como el fentanilo, que ha tenido una escalada sin precedentes; además de señalamientos como la producción de armas como factor que genera criminalidad en la región, entre otros temas. Al final un diálogo en el que se acordó una nueva visión de cara al 2022, sustentada en el respeto a la soberanía de cada país, según se manifestó, oficialmente.

Sin duda el contexto en el que se da el llamado “entendimiento bicentenario” al norte de nuestras fronteras, tendrá un impacto extendido a los países de Centroamérica, obviamente en la atención a la región al sur de los Estados Unidos, el primero y más importante país a atender ha sido México, luego tendrá que extenderse a Centroamérica, con condiciones particulares; pero sin duda, el desarrollo de tal entendimiento en México de una u otra manera servirá de marco de referencia para el resto de la región. De tal cuenta que los temas que deben prepararse serán alrededor a los principales puntos planteados en la reunión referida, donde más o menos se discutió lo siguiente: Proteger a las personas invirtiendo en salud pública en relación con los impactos del consumo de drogas; prevenir la delincuencia transfronteriza, que incluye el control de contenedores portuarios, reduciendo el tráfico de armas y trata de personas; desmantelar las redes criminales y fortaleciendo los sectores de la seguridad y justicia.

Como corolario del entendimiento, el reacomodamiento de la economía mundial; en México se plantea una iniciativa de reformas en el aprovechamiento del litio, tema en el cual, la administración de López Obrador ha planteado un giro, en el que el Estado sería quien administraría la explotación de tal mineral, como un recurso de carácter estratégico y con impacto en la iniciativa privada de la región, aspecto que le imprime un carácter económico y político al escenario del norte de América, todo ello a un año casi, del periodo del presidente Biden, con la visión que tales entendimientos son con miras al 2022; en tal sentido las iniciativas y entendimientos en la región, empiezan a girar al nuevo orden, en el que la seguridad puede ser solo el inicio.

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