Danilo Santos

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Politólogo a contrapelo, aprendiz de las letras, la ternura y lo imposible. Barrioporteño dedicado desde hace 31 años a las causas indígenas, campesinas, populares y de defensa de los derechos humanos. Decidido constructor de otra Guatemala posible.

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Danilo Santos

Se ha preguntado el lector por qué Miguelito no optará a un cargo de elección popular, causa mucha suspicacia que no sea así. Si el partido oficial no gana las elecciones, como es previsible por el amplio rechazo que genera en la población, el personaje antes mencionado no sufrirá mayor desgaste, total, los recursos con los que están haciendo campaña vienen del Estado. Se dedicará a sus negocios y ya. Mientras tanto, quienes corran por alcaldías y diputaciones, terminarán desgastados y sin credibilidad en su futuro político. Si el partido oficial corona la estrategia de cooptación del Estado, y gana las elecciones a través de la corrupción, la compra de alcaldes por todo el país y, no respetar la separación de poderes, manipulando la ley y a quienes la aplican; pues la cancha estará abierta para seguir haciendo negocios para el ungido. Es decir, su estrategia es ganar, aunque pierdan…

Por otro lado, la no inscripción del binomio del MLP, es una bofetada a la democracia tutelada por las mafias en Guatemala. Para que dicho acto parezca legítimo, prohíben también la inscripción de Roberto Arzú; esto no es otra cosa que sacrificar a un tonto útil con tal de eliminar a un enemigo real. Por donde se vea, están limpiando el terreno de juego, para hacer creer a la población que tendremos elecciones libres y democráticas. Sin embargo, dejan inscribirse a narcotraficantes confesos, delincuentes condenados, personas clara y abiertamente sin idoneidad o con prohibiciones constitucionales para participar. El sistema tiene miedo de la población organizada, la afrenta contra el MLP así lo demuestra.
Por último, el intento de una jueza de ligar a proceso a periodistas y columnistas, en el marco del caso José Rubén Zamora, corona la cooptación de la que venimos hablando reiteradamente. En Guatemala, los patos le tiran a las escopetas, los chuchos se amarran con longanizas, y el banco de sangre lo cuidan vampiros. Más allá de la opinión que cada quien tenga sobre la extinta Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, CICIG, es un hecho que los corruptos tomaron nuevamente el Estado, es evidente, es público y notorio. La amenaza a la libertad de expresión es el estoque final a una serie de pasos bien planificados por una camarilla mafiosa y criminal que no está dispuesta a que nadie le compita por el poder político, que nadie desnude sus infamias, que nadie se meta con cómo administran su finca.
Cuando en nuestro país dejamos florecer personajes como Miguelito mientras se impide la inscripción de una fuerza electoral sólida, y además se intenta acallar a quienes levantan la voz, en nuestro país estamos muy cerca de volver al pasado en lugar de avanzar al futuro.

Hagamos lo contrario de lo que quieren y démosle sentido a la democracia con nuestras decisiones, si no lo hacemos, el siguiente en ser acallado por el sistema y el partido oficial puede ser usted. Digamos no al continuismo, el abuso de poder y la impunidad.

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