Edith González

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Nací a mediados del siglo XX en la capital, me gradué de maestra y licenciada en educación. He trabajado en la docencia y como promotora cultural, por influencia de mi esposo me gradué de periodista. Escribo desde los años ¨90 temas de la vida diaria. Tengo 2 hijos, me gusta conocer, el pepián, la marimba, y las tradiciones de mi país.

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Edith González

Necesitamos gobiernos preocupados por la calidad de la educación.

En octubre 26 y 27 se realizó en Madrid-España una consulta de alto nivel en formato híbrido sobre el aprendizaje y la transformación digital en Iberoamérica. Su objetivo fue recopilar datos basados en evidencia y ejemplos de buenas prácticas del uso de la tecnología y la educación que sirvan como insumo para el desarrollo del próximo Informe GEM, de la Unesco, la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y la Fundación ProFuturo, a publicarse en julio de 2023.

El mismo nos cuenta que la tecnología no estaba inicialmente pensada para niños, pero ya están inmersos en ella, por lo que educar usando las tecnologías es necesario para que los alumnos sepan adaptarse al nuevo paradigma. Y sugirieron que “el pensamiento computacional, base de la inteligencia artificial, puede trabajarse también mediante actividades desconectadas y permite aprender a aprender y aprender de los errores”. Algo muy importante.

De entre las conclusiones podemos decir que es necesario crear conciencia en la comunidad educativa y en la sociedad para reconocer que la innovación educativa es un elemento transversal apalancado con la tecnología. Y que es importante que docentes y estudiantes –especialmente de poblaciones vulnerables–, estén en el centro de la innovación para obtener satisfacción con la escuela.

Es vital crear conciencia sobre la calidad de la educación en las políticas públicas y lograr que los gobiernos enfoquen sus esfuerzos en la misma, ya que los estándares son importantes, por ello el acceso a más y mejores datos sobre educación para investigar y redactar las políticas públicas es urgente.

Existe una gran brecha entre las políticas y la materialización de estas en los centros. A pesar de que contamos con marcos, competencias, ordenanzas y planes de centro, se necesita tiempo para garantizar la innovación educativa.

El liderazgo educativo es el segundo factor que más influye en los resultados de aprendizaje de los alumnos, detrás de la enseñanza en las aulas. Un buen liderazgo puede influir en el desarrollo e implementación de las políticas digitales. La selección y capacitación de los directores de escuela debe ser un tema en la agenda educativa de todos los países debido a su incidencia en los resultados de aprendizaje.

Son varios los desafíos, exacerbados por la pandemia, que enfrentan los centros educativos para incorporar las nuevas tecnologías, ya que los centros educativos se vieron obligados a incorporar de manera rápida y con poca formación y capacitación nuevas tecnologías.

Los directores de escuela necesitan del apoyo del profesorado, de un currículo que esté adaptado a las modalidades híbridas de aprendizaje y trabajar estrechamente con los hacedores políticos de manera que las políticas y los programas nacionales hagan posible la transformación digital.

Se necesitan mecanismos administrativos, constitucionales y legislativos que permitan separar la inestabilidad política y los cambios en la administración pública de las políticas del liderazgo educativo.

Se debe tener en cuenta el impacto negativo de un uso excesivo de la tecnología que es sólo el medio, el fin son las personas. Las tecnologías nos pueden ayudar a acelerar los aprendizajes, pero no substituyen al docente.

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