Danilo Santos

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Politólogo a contrapelo, aprendiz de las letras, la ternura y lo imposible. Barrioporteño dedicado desde hace 31 años a las causas indígenas, campesinas, populares y de defensa de los derechos humanos. Decidido constructor de otra Guatemala posible.

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Danilo Santos

En plena selección por el Presidente de la República de la persona que dirigirá el Ministerio Público, el comunicado que esta institución publica el 5 de mayo, respondiendo a un medio de comunicación estadounidense sobre la criminalización de los operadores de justicia en Guatemala, pues parece una llana y vulgar campaña para terminar de convencer a Giammattei y los que vendrán, que sus desmanes quedarán a buen resguardo. Esa letanía de despolitizar, desideologizar y dejar de volver los casos mediáticos, pues parece que son solo un discurso vacío, porque es lo que precisamente se está haciendo con dicho comunicado.

La publicación es el listón puesto por la actual Fiscal a los otros cinco de la lista, a eso y más tienen que estar dispuestos, a esa militancia orgánica de ideas políticas con valores, principios y creencias ultraconservadoras, donde nadie es superior a la ley, pero a la ley quienes se enquistaron en el poder político, económico y cultural del país. El reto es sostener a la clase política que hace eco de la sublevación de las élites de lo que ellos llaman “injerencia extranjera”, que no es otra cosa que el poder que el país del norte ha tenido y que esas mismas élites han aceptado placenteramente cuando no se metían con su dinero ni sus leyes decimonónicas. Eran aliados. Pues mal paga el diablo a quien le sirve. En su afán por acabar con la digna insurgencia, acabaron, juntos, con la honradez en los gobiernos y el Estado, con la sujeción a tratados internacionales en materia de derechos humanos y demás.

Si en algo tiene razón esta pléyade de sepultureros del futuro, es que los cambios en el país no deben venir de Washington, deben forjarse acá, de lo que no se dan cuenta estos genios, es que les saldría más barato el apadrinamiento tradicional gringo que lo que les va a costar más temprano que tarde, cuando la gente sencilla les cobre tanta ignominia, cuando el campo y la ciudad se dejen de tonterías y nuevamente se hagan sentir, cuando la intelectualidad progre deje su confort, cuando la creación artística rompan definitivamente el molde y representen y critiquen la realidad. Hasta las iglesias se les van a revelar con todo y creyentes. Porque no hace falta ser radical para estar en contra de tanto despropósito, hace falta simplemente tener sentido común y no tener miedo a criticar al gobierno y a este Estado fallido ya.

Ya empezaron a circular afiches con posibles candidaturas presidenciales, y lamentablemente, apenas una es digna, y es precisamente la más alejada del urbanocentrismo, las clases sociales más acomodadas e influyentes y, los intereses empresariales nacionales. Esto va a tono con el dichoso comunicado, quien salga electo de esa mayoría tozuda de derecha, estará blindado por este MP.

Hay que cantar en contra del régimen corrupto y desapegado de la realidad nacional, investigar, escribir, pintar, crear, hablar, comunicar, pero, sobre todo, hacer, hacer lo que sea necesario para terminar con el dominio de la sinrazón y el desprecio del bien común. Hace falta rechazar la autoridad que se basa en el abuso y la corrupción.

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