Alfonso Mata

alfmata@hotmail.com

Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.

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Ahí por el tiempo de la colonización de estas tierras, Bernal Díaz del Castillo escribía a un señor importante del gobierno español: Ha sido esta provincia muy poblada (Soconusco, pertenecía al Reino de Guatemala), porque dicen que hace cuarenta años, tenía casi treinta mil indios; es mucha distancia de tierra está de Guatemala, casi cincuenta leguas; tendrá ahora hasta mil seiscientos indios vecinos.  La principal causa de su disminución, las vejaciones y molestias de algunos jueces allí proveídos, y también la codicia de los clérigos, y, todos ellos, por esta granjería de cacao.

En el escrito de arriba, también nos dice el historiador que “igualmente las regalías y prebendas, en lo que vuestra Señoría me pregunta a qué personas de Guatemala se podía dar lo de Costa Rica, a mi parecer, aunque en aquella tierra son muy contados los hombres que hay para estos negocios donde se requiere prudencia y ánimo y experiencia, allí está Agustín de Hinojosa, caballero de Xerez, casado con una hija de Francisco del Valle.  Este podrá hacer esta jornada, ayudándole su Majestad con alguna cosa, porque él para esto no tiene posibilidad. También está otro caballero llamado don Diego de Alvarado y Figueroa, casado con una hija de Diego López de Billanueba, conquistador de México y Guatemala. Ayuda quiere ayuda señala ese escrito y esa alguna cosa no es más que privilegios y como señala el que paleógrafo y trascribió esta carta, la conquista de Costa Rica se emprendió después de 1551, tras el asesinato de fray Antonio de Valdivieso, obispo de Nicaragua, , defensor de los derechos del indio y denunciante de crímenes e injusticias provocado por los hermanos Contreras y su ambición.

Elemental diríamos ahora: el problema Político-Economía nos ha sido heredado desde hace mucho. Es decir, la muerte y la violencia ya campeaba por nuestras tierras desde el siglo XVI. Ya rondaba la violencia alrededor del que intentara destruir esa estructura política-economica; cosa que no ha cesado de suceder y se prolonga hasta la actualidad.

¿Qué produjo esa mala gobernabilidad de estas tierras en aquel entonces? Muerte y despoblación. Muerte de denunciantes y defensores como Valdivieso y en las víctimas como en gran parte de estudios señalan “una rebelión de indígenas que adoptó la forma de huidas individuales y de pequeños grupos hacia las montañas y que trajo como consecuencia hambre enfermedad y muerte y en los que quedaron en abandono, iguales consecuencias: Hambre, enfermedad y muerte. De tal manera que para muchos sociólogos e historiadores: actuales: El colonialismo no ha desparecido, solo se ha transformado.

Pero todo eso fue premeditado no producto del azar. Fue consentido -como señala Céspedes al analizar dos textos de colon de 1551. Desde antes del descubrimiento, el descubridor mantenía incluso en los últimos años de su vida, la misma idea sobre para que estas tierras serían y escribía y cito: “la de que fuesen solar de una empresa exclusivamente económica, concebida bajo los más puros principios del capitalismo comercial, cuya regla de oro iba a consistir en minimizar gastos y maximizar beneficios”. Y desde entonces a si ha sido el dominio y uso de la tierra, una realidad de avaricia. Un remezón desde aquellas épocas que no se detiene y que al contrario, se ha ido consolidando en una armazón profunda de estructuras sociales que luchan entre sí. De creencias basadas en injusticia e inequidades y una catástrofe demográfica sin precedentes de la cual aún no salimos. Diferentes actores, mismos principios.

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