Foto La Hora /El relato del migrante Alejandro Larios, está incluido en un texto que contiene varias historias de migrantes en Estados Unidos.

Por: Patrícia Veliz Macal
patricia@generacionesenaccion.org

La vida para el migrante centroamericano Alejandro Larios no ha sido sencilla, pero viajar y establecerse en Estados Unidos sin duda significó un gran paso, ahora su relato también forma parte del libro “Los Hilos que Tejen en el corazón del hombre inmigrante”, que recopila la historia de hombres migrantes de diferentes países que comparten sus experiencias de vida.

Según explica Larios, llegó a EE.UU. cuando tenía 21 años. Al llegar se estableció en Los Ángeles California, en donde encontró una nueva vida y retos a vencer.

“Soy una persona gay, por eso me mudé a Los Ángeles para tener libertad. Crecí en el seno de una familia tradicional católica y como adolescente, estaba viviendo una doble vida. Nadie me había explicado o educado sobre sexualidad. No sabía ni qué significaba ser heterosexual u homosexual. Nunca tuve una orientación de joven y la descubrí de una manera secreta, pues nuestra cultura es muy cerrada”, explica en su relato para el libro publicado por la guatemalteca Patricia Veliz.

En su vida contó que ha logrado enfrentarse a muchos retos, varios de ellos, porque en repetidas ocasiones por su orientación sexual fue humillado por las personas y sobre todo por jóvenes de quienes recibía bullying.

“Fue una gran lucha conmigo mismo porque pensaba en mis papás y en que si me quedaba en Costa Rica sería más difícil decirles mi verdadera orientación sexual. Desde que era niño, pensaba en irme a Los Ángeles para liberarme. Tenía que buscar un lugar donde las autoridades me protegieran, ya que en muchos lugares no ayudan, sino atacan”, afirmó.

Su historia tuvo un giro distinto cuando vivió en EE. UU., porque al quedarse solo con su hermano, buscó formar su vida y fue cuando conoció a su pareja.

“Tenía un buen trabajo en mi país y aquí empecé a trabajar en el distrito de la joyería. No tenía documentos para trabajar en este país, así que solo me pagaban 100 dólares a la semana. Era un trabajo muy duro. Comencé a estudiar inglés e involucrarme en diferentes instituciones. Me lancé como voluntario y fui presidente de la escuela de inglés y de la Cruz Roja durante 5 años”, recordó.

EN BÚSQUEDA DE UN SUEÑO

Explica que fue en cinco años que logró obtener la solvencia económica para lograr independizarse, así que trabajó duro para lograr una estancia legal en EE. UU., y el inglés sin duda, fue parte importante del proceso.

Larios explicó que después de estudiar con mucha dedicación, continúo superándose y decidió llevar un curso de enfermería, aunque siempre había soñado en ser médico, pero nuevamente el tema de la documentación le impidió realizar su examen final.

“Acudí a una oficina de inmigración a pedir ayuda y saqué mi seguro social para producir taxes, así pude hacer muchas más cosas. Estaba estresado porque no pude terminar mi carrera, así que comencé a tomar mis primeras clases de yoga”, momento en el que surgió un talento que logró desarrollar a través de esta actividad en la que lleva doce años.

Al migrante la vida lo llenó de retos, pero eso no impidió que se convirtiera en un líder, pues ha trabajado con grupos con quienes ha logrado mantener la compostura en momentos complicados.

La vida de aprendizaje para el entrevistado no se detiene y afirma que ahora se siente con mucha más confianza de la que tenía antes.

“Me siento orgulloso por mi participación como activista en Los Ángeles, California. Asistía a todas las manifestaciones de apoyo con el objetivo de luchar por los beneficios de un matrimonio gay y que tuvieran los mismos derechos que cualquier otra pareja. Yo celebro el matrimonio gay porque luché por ello”, comentó.

GUIA A LOS JÓVENES POR UN CAMINO SALUDABLE

Aunque los años han pasado para el migrante, las experiencias están presentes pero la adversidad que vivió lo hizo más fuerte y ahora trabaja en contra de actitudes como el bullying.

En su relato, explica que los retos no terminan y a futuro le gustaría tener un centro holístico en donde las personas puedan aprender de la vida. También cree que no existe una unión suficiente entre los hombres migrantes, más bien piensa que son más reservados y con miedo a expresarse con libertad.

“Muchos jóvenes me preguntan cómo he llegado a donde estoy y los guío con la finalidad que tomen un camino saludable… hay que tener conexión espiritual, ya que si tenemos un espíritu saludable las cosas van a fluir en tu destino”, puntualizó.

HAY MÁS HISTORIAS

La guatemalteca Patricia Veliz Macal es la autora del libro que contiene la historia de Larios, que además de su relato contiene historias inéditas de personas que decidieron contar su vida y retos a los que se han enfrentado.

Si está interesado en adquirir el libro para conocer más de las historias, o que realicen una presentación del mismo, puede escribir al correo: patricia@generacionesenaccion.org o al número de 1-323-895-8749.

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