Por CHRISTIAN GUTIÉRREZ
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La cantidad de personas deportadas durante este año ya supera a lo reportado por las autoridades migratorias del país en 2017. Según los datos registrados por el Instituto Guatemalteco de Migración (IGM), las personas retornadas de Estados Unidos y México a Guatemala ascienden a 87 mil 475 niños, adolescentes y adultos.

Tomando en cuenta que el IGM no ha terminado de recolectar la información en lo que va del año y esta cifra podría continuar en aumento. En 2017, las autoridades guatemaltecas registraron 65 mil 904 retornados.

En relación a estos números la analista Úrsula Roldán, ve como preocupante el retorno de esta cantidad de personas al país, pues las políticas migratorias en Estados Unidos se han endurecido desde la llegada de Donald Trump a la Presidencia de ese país.

Asimismo, Roldán comentó que al momento que estas personas retornan no reciben una mayor atención por parte del Estado, más que la recepción en el Aeropuerto sin ningún seguimiento a sus necesidades y factores que los impulsaron a viajar.

“Lo que demuestra es que hay muy pocas acciones desde el Estado más que la recepción en el Aeropuerto, les dan una llamada; pero no es del Estado, sino de una ONG”, indicó Roldán.

En este sentido, también hizo mención a que las entidades que no son del Estado son las que proponen alguna fuente de trabajo o acción a favor de los retornados a su llegada, pero son mínimas, por lo que sigue siendo complicado el panorama para el migrante.

Por su parte, el Observatorio de los derechos de la Niñez (ODN), en un informe sobre Niñas, Niños y Adolescentes (NNA) deportados de enero a octubre de 2018 mencionan que el 20.17 por ciento de esto son menores de edad no acompañados, originarios principalmente de cuatro departamentos del altiplano del país.

El Informe de ODN señala que durante ese período van 11 mil 554 NNA retornados desde Estados Unidos y México, quienes el 37 por ciento son mujeres y el 63 por ciento niños.

Otro dato generado por el ODN es el que de 6 de cada 10 niños pertenece a una etnia Maya.

JAKELIN UN EJEMPLO DEL DRAMA MIGRANTE

Tal es el caso de Jakelin Ameí Rosmery Caal Maquín, de siete años, quien falleció en la frontera de Estados Unidos cuando viajaba con su papá tratando de buscar un futuro en aquel país.

En este sentido el padre Mauro Verzeletti, director de la Casa del Migrante, calificó como un acto de racismo por parte de los Estados Unidos el no brindarle una atención médica adecuada a Jakelin Caal, cuando la tuvieron bajo custodia los agentes de migración.

Según un reportaje de la agencia AP, las condiciones de vida de la familia de la menor de edad fueron los detonantes para que el padre de Jakelin decidiera migrar de manera irregular junto a su hija, en el reporte se menciona que se les dificultaba obtener recursos para sus necesidades y atención médica.

Asimismo, Verzeletti indicó que siempre se ha denunciado sobre las condiciones que viven las personas antes de ser deportadas de Estados Unidos ya que violan los Derechos Humanos, incluso son tratados como “terroristas” al enviarlos encadenados al país de origen.

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