Por Redacción La Hora
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Mientras varios países e instancias se pronuncian en contra de la represión en Nicaragua, el Gobierno de Guatemala ha guardado silencio ante la situación que se vive en el país vecino.
La Hora consultó al Departamento de Comunicación de la Cancillería de Guatemala si habría algún pronunciamiento al respecto de la situación en Nicaragua y respondieron que harían las averiguaciones correspondientes.
En las últimas horas, medios internacionales han reportado el allanamiento de las oficinas de un medio de comunicación y una Organización No Gubernamental, entre otras acciones en contra de la oposición al gobierno de Daniel Ortega.
Más de diez países reportaron el 12 de diciembre pasado ante la Organización de Estados Americanos (OEA) que la represión en Nicaragua continúa, pese a que dicho gobierno asegura que la situación se ha normalizado.
Según cita la agencia de noticias de AP, el grupo de trabajo denunció que sigue recibiendo denuncias sobre desapariciones forzadas y secuestros en Nicaragua. La postura provino de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Guyana, México, Panamá y Perú.
El embajador alterno de Canadá, Francois Jubinville, expresó durante una sesión del Consejo Permanente de la (OEA) que las condiciones de Nicaragua, continúan generando mucha preocupación, con una evidente falta de acceso continua para observadores confiables de derechos humanos, puesto que existe un aumento de represión sistemática y retórica.
“Religiosos y estudiantes son arrestados, amenazados e intimidados de manera sistemática”, agrega el tercer documento elaborado por el grupo de trabajo.
“El Gobierno de Nicaragua, aún no ha mostrado la disposición de establecer las condiciones que legítimamente permitan ese proceso… -no- ha cesado la violencia y la represión contra quienes protestan”, destacaron.
En los últimos días, los ataques en contra de periodistas y medios de comunicación han sido denunciados en las redes sociales y esta semana el Gobierno de Estados Unidos también se manifestó en contra de la represión de la sociedad civil y de los derechos humanos.
