Por Agencias/AP
El presidente, Jimmy Morales anunció en las vísperas de la Navidad que trasladará la embajada en Israel a Jerusalén, convirtiéndose en la primera nación en seguir el ejemplo del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien ordenó ese cambio hace unas semanas.
Guatemala fue una de las nueve naciones que votaron con Estados Unidos e Israel el jueves, cuando la Asamblea General de la ONU adoptó abrumadoramente una resolución no vinculante denunciando el reconocimiento de Trump de Jerusalén como la capital de Israel.
Trump no estableció ningún cronograma para trasladar la Embajada de EE. UU. de Tel Aviv a Jerusalén, ni tampoco el presidente Morales.
En una publicación en su cuenta oficial de Facebook, Morales dijo que después de conversar con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, decidió instruir al Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala para trasladar la Embajada.
Ningún otro país tiene su embajada para Israel en Jerusalén, aunque la República Checa ha dicho que está considerando tal medida.
Trump revirtió décadas de política estadounidense con su anuncio del 6 de diciembre de que estaba reconociendo a Jerusalén como la capital de Israel.
Aunque Trump dijo que simplemente estaba reconociendo la realidad y no prejuzgando las negociaciones sobre las futuras fronteras de la ciudad, los palestinos vieron el traslado como un acuerdo con Israel sobre el tema más delicado en el conflicto palestino-israelí.
Israel reclama a toda Jerusalén como su capital, mientras que los palestinos reclaman el sector oriental de la ciudad, que fue capturado por Israel en 1967 y alberga sitios sensibles judíos, musulmanes y cristianos. Varios gobiernos han dicho durante mucho tiempo que el destino de Jerusalén debe resolverse mediante negociaciones.
El anuncio de Trump provocó semanas de enfrentamientos entre manifestantes palestinos y las fuerzas de seguridad israelíes y que dejaron 12 palestinos muertos.
Netanyahu ha predicho que otros seguirán a los Estados Unidos. Además, Ha realizado grandes esfuerzos para llegar a América Latina en los últimos años como parte de una campaña para contrarrestar el apoyo de larga data a los palestinos en las Naciones Unidas.
La resolución aprobada por la Asamblea General declaró «nula e inválida» la acción de los EE. UU. sobre Jerusalén. La votación 128-9 fue una victoria para los palestinos, pero no alcanzó el total que habían predicho. Treinta y cinco naciones se abstuvieron y 21 se mantuvieron alejadas de la votación.
