Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt

Las remesas representan ingresos económicos para miles de familias y son un alivio para su supervivencia pero sin la implementación de políticas públicas, analistas consideran que no generarán cambios en sus condiciones de pobreza y en las del país.

Anualmente, Guatemala recibe millones de dólares en remesas. Hasta septiembre representaron más de US$6 mil 097 millones, y en comparación a las cifras registradas el año pasado hubo un incremento alrededor de US$822 millones.

Países como México han implementado programas como el de 3×1, que serían un ejemplo de los proyectos que podrían desarrollarse en Guatemala. El mismo apoya las iniciativas de los migrantes para realizar iniciativas que contribuyan al desarrollo de sus localidades de origen, por medio del aporte federal, estatal y municipal en coordinación con organizaciones en el extranjero.

Aunque programas como el anterior son vitales para la construcción del desarrollo, analistas enfatizan en que la inexistencia de las políticas públicas mantiene al país estancado en el mismo lugar y que mientras el Estado no se involucre para solucionar los problemas de fondo, la migración continuará.

Abelino Pablo vivió 26 años en Estados Unidos y mes a mes enviaba remesas a su familia, ya que el salario que devengaba era el que sostenía su hogar.

En EE. UU. trabajaba en una compañía dedicada a la limpieza de interiores en casas y edificios.

Hace dos semanas decidió retornar a Guatemala para reunificarse con su familia a quien no veía desde hace 26 años.

Pablo indica que el precio a pagar por su ausencia fue alto, porque al regresar sus hijos ya no eran aquellos niños que cargaba en brazos. Por ese sufrimiento hizo un llamado al Gobierno de Guatemala para que deje de “exportar” a los guatemaltecos y cree que la creación de empleos sostenibles puede ser la solución.

“No saben las penas y peligros que pasamos, el racismo se ha incrementado en los últimos días a través de las leyes impulsadas por el señor Donald Trump. Hago la conciencia a quienes gobiernan. No hay oportunidades de trabajo, no hay centros de salud, educación”, destacó.

Ahora Abelino vivirá junto a su familia en Quetzaltenango y espera encontrar un empleo que les ayude a sobrevivir, además desea integrarse a su comunidad y trabajar por el desarrollo.

“Para el Gobierno nuestra estancia allá es bastante importante, porque no quisieran que regresáramos por las divisas pero también, si nosotros regresamos, muchos nos hemos preparado y estudiado, y tenemos otra visión. Que nos den la oportunidad ahora, necesito una oportunidad de trabajo, quiero aportar a mi comunidad”, afirmó.

REMESAS NO TIENEN PROPIEDADES MARAVILLOSAS PARA GENERAR DESARROLLO

Rodolfo García Zamora, profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Zacatecas, explicó en entrevista para La Hora Voz del Migrante, que aunque existe una percepción que las remesas generan cambios, sin políticas públicas de desarrollo económico no se tendrán avances significativos.

De acuerdo con el investigador, existe confusión al creer que las remesas pueden tener propiedades maravillosas para generar desarrollo, no obstante esto es falso porque la única diferencia es que son salarios transnacionales.

“Lo interesante es que las organizaciones de migrantes una vez que se vinculan con sus comunidades de origen pueden ayudar en hacer proyectos comunitarios, el otro elemento importante es la experiencia en México del programa 3×1 que surge precisamente para hacer pequeños proyectos comunitarios”, detalló.

Con el aporte de un dólar de parte del Gobierno Federal, estatal y municipal, el proyecto funciona y a partir del 2002 han financiado unos 27 mil proyectos de infraestructura comunitaria.

Y aunque representa un apoyo, el experto enfatiza en que no se logra resolver la migración, porque el tema de falta de empleos, marginación y pobreza persiste.

“Ni el 3×1 ni las remesas pueden resolver los problemas de fondo que son la falta de empleo y ahí lo que se requiere es un cambio en la forma en que en México y en Guatemala se conduce la economía, se requiere el desarrollo de verdaderas políticas públicas de desarrollo para el campo, industria y entonces los migrantes pueden ser un sector que apoye en proyectos específicos”, expresó.

Ante las condiciones críticas en el área rural, el entrevistado señala que las personas se ven obligadas a dejar sus países y por eso el reto de los países en Centroamérica y México, es que los gobiernos logren generar verdaderas políticas públicas de desarrollo con empleos suficientes y bien pagados, ya que de lo contrario continuará la migración.

NO SE DEBE DESCARGAR RESPONSABILIDAD EN MIGRANTES

El investigador coincidió con las declaraciones de Monseñor Álvaro Ramazzini, quien aboga por cambios profundos y asegura que con gobiernos honestos, eficientes, eficaces y comprometidos con el bien común de la población se podrá generar un cambio, porque en los últimos 40 años se ha apostado por un modelo fracasado.

“Viene el tema del cáncer de todos los gobiernos latinoamericanos que es la corrupción, que vuelve mucho más complicada la situación de pobreza y abandono porque tenemos ausencia de políticas de desarrollo y corrupción, y la violencia, que llamo como economía de la muerte, que está vigente actualmente”, manifestó.

A decir del entrevistado, la cifra de remesas debería ser un indicador para los gobiernos, en que no debe descargar en los migrantes lo que es obligación de los Estados, porque estos deben generar desarrollo y bienestar, por lo que resulta criminal que los millones de expulsados sean los responsables del desarrollo de comunidades.

GUATEMALA, ENTRE LOS PAÍSES QUE MÁS REMESAS RECIBEN

De acuerdo con el Banco de Guatemala, hasta septiembre de este año las remesas representan US$6 mil 097 millones 334 mil y con tendencia de superar la cifra registrada hasta diciembre del año pasado, de más de US$7 mil 159 millones.

El Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA) señala en el informe sobre Migración internacional, Remesas e Inclusión financiera, El Caso de Guatemala, divulgado recientemente, que aunque existe la percepción de que los flujos migratorios internacionales obedecen principalmente a la falta de oportunidades, esta decisión también corresponde a la búsqueda de mejores condiciones de empleo.

Guatemala es la undécima economía emergente receptora de remesas en el mundo y la segunda en América Latina y el Caribe, luego de México.

“Las remesas han mejorado los niveles de vida de cientos de miles de hogares guatemaltecos y disminuido sus niveles de pobreza, contribuyendo al financiamiento de su gasto de consumo, educación, salud, vivienda y, en algunos casos, también de negocios familiares”, señala el informe.

El documento detalla que el ingreso promedio mensual de los migrantes guatemaltecos encuestados es de US$3,319.00 dólares, cifra que fue más elevada en los encuestados que envían remesas por US$3,374.00 dólares, que en los que no lo hacen.

En contraparte, el salario mínimo con bonificación en Guatemala apenas alcanza unos US$394.00 dólares mensuales para las actividades agrícolas y no agrícolas, mientras para exportadores y maquila es alrededor de US$363.00.

Según el estudio, el 77.1% de las personas encuestadas envían remesas a Guatemala desde sus lugares de residencia en el exterior, porcentaje que en el caso de los hombres es del 79.0% y en el de las mujeres del 73.1%.

Se estableció también que la mayoría de los entrevistados que envían remesas a Guatemala lo hacen con periodicidad mensual.

Un aspecto relevante sobre migración y remesas y sobre el que se conoce muy poco es sobre su importancia en el ingreso de los hogares receptores.

Sólo para tener una idea de esto, en el 28.5% de los hogares receptores esos recursos constituyen la fuente principal del ingreso.

HAY CERO APORTE DEL ESTADO

Ursula Roldán, coordinadora del área de Migraciones del Instituto de Dinámicas Globales y Territoriales de la Universidad Rafael Landívar (IDGT), señala que las remesas se destinan fundamentalmente para consumo del hogar, aspecto que considera positivo porque sin este ingreso las familias no podrían sobrevivir.

“El Estado sí podría generar inversión en aquellas localidades donde están recibiéndose esas remesas, por ejemplo en México por un dólar que llega el Estado Federal puede dar un dólar, e incluso la municipalidad podría aportar otro dólar y eso lo que implica es que se tenga una posibilidad de inversión en las localidades a donde están llegando”, indicó.

La idea es que junto a las transferencias monetarias se genere inversión para las localidades e incluso se podría ayudar a las familias a generar otras alternativas económicas en el que podría colaborar la banca del país, dijo Roldán.

El problema actual es que parece que se busca a la migración como algo perpetuo comentó la entrevistada, cuando lo que debería de existir sería una plataforma de política pública.

Otras posibles soluciones podrían surgir a partir de propuestas como la de la Cumbre de Migrantes y Retornados, con la unión de pensamientos de migrantes en Estados Unidos y retornados en Guatemala, aunque no se cuenta con el Estado.

“Hay cero aporte del Estado para las localidades que están generando esas remesas y que ya se tiene clarísimo y que basta ver con la encuesta que levantó OIM en el 2016 a quienes están llegando las remesas”, explicó.

SE DEBERÍAN CREAR ESPACIOS LABORALES

Para el economista Abelardo Medina, del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), la mayor causa de migración corresponde a la falta de oportunidades.

Según Medina, quienes deciden dejar el país es porque muchas veces no tienen un empleo o los ingresos que perciben no son suficientes.

“Las remesas por supuesto que colaboran a sustituir ingresos que de lo contrario tendrían que ser obtenidos en el interior del país…ahí es donde viene exactamente el punto, las remesas si bien son importantísimas como un mecanismo adicional de ingresos para el país, son realmente una muestra clara de la dependencia de generación de empleo en otro país”, enfatizó.

A su criterio, las cifras de remesas son un indicador de un país que no puede sostener a sus trabajadores en el territorio nacional y por eso la necesidad de que se generen mecanismos que desarrollen oportunidades, pero bien remuneradas para que las personas no decidan migrar.

Para responder a la necesidad de empleo de los retornados, el Estado debería crear espacios laborales para que los que deseen puedan volver, “las remesas tienen efectos positivos, pero son una clara manifestación de algo negativo”.

CIENTO SETENTA Y DOS MIL NUEVOS GRADUANDOS

Aunque las remesas representan un esfuerzo importante, la necesidad de empleos aumenta con periodicidad, sólo este año el Ministerio de Educación registró a 172 mil 258 graduandos y en 2016 fueron alrededor de 165 mil jóvenes.


ÚLTIMA FERIA DE EMPLEO OFRECÍA OCHO MIL PLAZAS DE TRABAJO

El Ministerio de Trabajo ha efectuado este año unas 7 ferias de empleo, la última con el lema “A más empleo, menos migración”, apenas ofreció unas 8 mil plazas de trabajo y sólo 5 mil de estas eran permanentes para atender la demanda laboral del país.

En dicha actividad, Antonio Malouf, presidente del Comité Coordinador de Asociaciones, Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF), señaló como “una tragedia” la migración de guatemaltecos.

“Es una tragedia que 9 de cada 10 migrantes guatemaltecos se marchen por factores económicos”, expresó.

En tanto Luis Arreaga, embajador de Estados Unidos, lamentó que 1.6 millones de jóvenes no asisten a la escuela y que la tasa de desempleo de los jóvenes comprendidos entre los 15 y 24 años sea cinco veces más alta que la del resto de la población.

EN CIFRAS

INGRESOS PROMEDIO DE MIGRANTES

US$3,374.00 dólares para quienes envían remesas.*

SALARIO MÍNIMO EN GUATEMALA

US$394.00 dólares con bonificación es el salario para empleados del sector agrícola y no agrícola en Guatemala.

*Según un estudio del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA).

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