POR KIMBERLY LÓPEZ
klopez@lahora.com.gt

Luis Arreaga, el nuevo embajador de Estados Unidos en Guatemala, vendrá al país el próximo martes y asumirá su cargo en medio de un contexto político complejo y de demandas de cambios estructurales. Sin embargo, Arreaga, al igual que Todd Robinson o quizá con más fuerza, seguirá en lucha contra la corrupción e impunidad.

Arreaga ha indicado que la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) será un eje para los esfuerzos conjuntos  contra la corrupción en el país.

“Un sí no calificado. La CICIG es un eje para nuestros esfuerzos en Guatemala”, ha dicho el diplomático.

El politólogo independiente, Renzo Rosal, considera que es evidente que la línea de trabajo del nuevo embajador en términos de prioridades tendrá que ser la misma.

«Somos un área de particular interés porque no cumplimos la tarea en tres temas vitales. En términos de seguridad, somos una región muy frágil. En temas migratorios, seguimos siendo un provisor de migrantes a Estados Unidos por las condiciones económicas del país, y tenemos niveles de corrupción y de impunidad, muy altos. Esto hace que la agenda para Estados  Unidos, aunque se haga un cambio de embajador, no deje de ser prioridad la corrupción», consideró el analista.

“A eso se suma que a nivel internacional hay desconfianza sobre Guatemala y aquí cabe señalar que Arreaga viene antes de lo previsto. Se decía que entre la salida de Robinson y la venida de Arreaga habría un mes, pero solo fueron 14 días y es un indicativo del nivel de preocupación”, anotó Rosal.

Lejos de que la salida de Todd Robinson sea un alivio para quienes se oponen a que la lucha contra la corrupción sea prioridad, el tema será tratado con la misma fuerza.

«Podríamos pensar en una actitud más dura porque los mensajes que Estados Unidos han enviado no han sido tomados en cuenta. Ese tipo de actitud contraria a lo que EE. UU. requiere va implicar que Arreaga venga más beligerante», comentó.

PRIORIDADES NO CAMBIAN

Fernando Carrera, exministro de Relaciones Exteriores, asegura que el apoyo a la lucha contra la impunidad, corrupción y CICIG va a continuar siendo una constante. “Yo diría que el embajador trae instrucciones muy claras desde Washington, tanto de la administración como el Congreso”, indicó.

“Arreaga asume”, añadió el exfuncionario, en un contexto político muy complejo. “Estamos ante una crisis estructural del sistema político guatemalteco y esto implica cambios en el sistema institucional”, mencionó el excanciller.

Ambos consideran que la diferencia, en todo caso, será el estilo para manejar las relaciones diplomáticas. Según Rosal probablemente Arreaga sea más clásico en su forma de actuar, mientras Todd Robinson fue más participativo y más involucrado. No obstante, el mensaje será el mismo.

 

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