JOHAN

POR MARIELA CASTAÑÓN
mcastanon@lahora.com.gt

El periodista y columnista de La Hora, Eduardo Villatoro murió el pasado 5 de diciembre por una enfermedad terminal. Su recomendación para las nuevas generaciones de periodistas era trabajar para alcanzar la calidad, prepararse académicamente y explotar el talento innato en algunos profesionales de la comunicación.

Villatoro solía recomendar al gremio periodístico escribir trabajos de calidad, investigar y leer todos los documentos posibles para obtener una comprensión mejor de los acontecimientos, de igual forma reiteraba enriquecer y explotar el talento.

A criterio de Villatoro, los trabajos de calidad periodística eran aquellos que aportaban detalles de un tema y explicaban la complejidad de su contenido, en tanto, admiraba la sutileza de las preguntas planteadas a funcionarios que muchas veces vacilaban en sus respuestas.

Villatoro, recordado por la fuerza en sus letras y la valentía para expresar sus opiniones, también ganó la admiración de lectores de diferentes edades, además del reconocimiento de periodistas y profesionales de la comunicación.

_Nac16_1bENORME VACÍO

El director de La Hora, Oscar Clemente Marroquín, destacó que la pérdida física del columnista dejó un enorme vacío en este vespertino.

“La muerte de Eduardo P. Villatoro ha dejado un enorme vacío en La Hora que será imposible llenar y un dolor inmenso en todos los que tuvimos la suerte de tratarlo como un colaborador extraordinario, siempre aportando algo al medio y brindando consejos a los jóvenes periodistas de la redacción a quienes nutría con su experiencia y sabiduría”, dijo Marroquín en una de sus columnas.

De acuerdo con Marroquín, Villatoro fue uno de los ciudadanos que más aportó a Guatemala.

“No me cabe duda que ha sido uno de los guatemaltecos que más han aportado a su país, por el que sufrió exilio y pasó penas, pero al que le dio todo su entusiasmo cuando monseñor Quezada Toruño lo escogió para que fuera su secretario en la Comisión de Reconciliación que abrió las puertas a las negociaciones de paz que pusieron fin a la terrible y desangrante guerra interna que cobró tantas vidas”, refirió el director de este vespertino.

HOMBRE VALIOSO

Ileana Alamilla, directora del Centro de Reportes Informativos sobre Guatemala (Cerigua) y representante de la Comisión de Libertad de Prensa de la Asociación de Periodistas de Guatemala (APG), recordó a Villatoro como una persona culta y con interés para promover un periodismo de altura.

“Quienes le conocimos tenemos conciencia de lo ameno que era en su conversación, era un hombre bastante culto que adoraba a su esposa. Era un periodista como los de antes con un amplio conocimiento y acervo cultural”, dijo Alamilla.

Por otro lado, Estuardo Pinto, presidente del Consejo Directivo del Instituto de Previsión Social del Periodista (IPSP), opinó que el columnista de La Hora fue un ejemplo por sus cualidades como persona y profesional.

“Fue un ejemplo para las nuevas generaciones, los afiliados de la vieja guardia como los periodistas de reciente ingreso al Instituto, lo admiraron por su calidad humana y al mismo tiempo por su capacidad de comunicarse con la población a través de sus columnas, siempre fue un hombre que estuvo atento a servir a los demás”, indicó Pinto.

El presidente del Consejo del IPSP, recordó a Villatoro como una persona con calidad humana y con capacidad para abordar diversos temas.

“Él tenía gran calidad humana, al mismo tiempo abordaba distintos temas que eran muy leídos, la población estaba pendiente por la objetividad con la que decía las cosas, era una persona directa para expresarse, un periodista de los pocos que mantenía buena comunicación con todo el mundo. Era un hombre muy valioso, es lamentable la pérdida, aportó mucho a la sociedad”, refirió Pinto.


PALABRAS DE PAPEL

Eduardo Villatoro nació en el departamento de San Marcos, el 13 de octubre de 1937. Su profesión era Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, por la Universidad Mariano Gálvez de Guatemala, con una maestría en Información Económica. En el transcurso de 11 años -desde el 4 de diciembre de 2004- publicó su columna de opinión, Palabras de Papel, en este medio.

El 24 de marzo de 1969 ingresó a la Asociación de Periodistas de Guatemala, (APG), en donde, además, fungió como Presidente en los años de 1976 y 1998; así como Vicepresidente en 1975; vocal segundo en 1972; presidente del Tribunal de Honor en 1977 y de la Comisión de Asuntos Jurídicos en 1978.

El 9 de enero de 1996 se afilió al Instituto de Previsión Social del Periodista (IPSP) en donde ocupó por dos años (1998-2000), el cargo de vocal III del Consejo Directivo de esa institución.

Por 50 años de ejercicio periodístico -con trayectoria intensa que trascendió más allá de este plano de actividad- recibió de la APG un diploma de reconocimiento, el cual le fue entregado el 24 de mayo de 2014.

Además, se desempeñó como reportero en los Diarios El Imparcial, El Gráfico y La Nación, ocupando en algunos el cargo de jefe de Redacción y jefe de Información.

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