Por María Jossé España
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Este domingo, 21 de marzo, la Conferencia Episcopal de Guatemala emitió un mensaje por la beatificación de los mártires de la Diócesis de Quiché aprobada por el Papa Francisco, la cual tendrá lugar el próximo 23 de abril para el reconocimiento universal de los testimonios martiriales de los Padres: José María Gran, Faustino Villanueva, Juan Alonso, y los laicos: Juan Barrera Méndez, Domingo del Barrio Batz, Tomás Ramírez Caba, Nicolás Castro, Reyes Us Hernández, Rosalío Benito y Miguel Tiu Imul.
“La vida de estos hermanos nuestros se caracterizó por sus obras. Su convencimiento que el cristiano no puede desentenderse de la realidad en que vive ni mucho menos encerrarse en un individualismo egoísta, cerrado a las grandes necesidades de sus pueblos y comunidades en aquel momento histórico en el que vivían, les ayudaba a entender la vida como un tiempo de gracia que los impulsaba a vivir en una tensión continua hacia la eternidad sin dejar de tener los pies en la tierra”, expresan.
En este sentido, señalan que fueron “promotores de la justicia, constructores de la paz, artesanos del bien común, defensores inclaudicables de la persona y sus derechos”. Por lo que consideran que la beatificación les permite reconocer que el martirio es una “gracia concedida” a la Iglesia, por tanto, se unen a la iglesia en Quiché.
Por otro lado, mencionan que, en 2017, fueron beatificados mártires de diócesis de los departamentos de Sololá, Chimaltenango, Huehuetenango y del Vicariato Apostólico de Izabal, quienes “derramaron su sangre” durante el Conflicto Armado Interno, porque “estaban convencidos de que no hay amor más grande que dar la vida por los demás”.
“La Iglesia Católica se empeñaba en defender los valores del Reino, proclamados por el Señor Jesús: la defensa de la dignidad humana, el respeto a la vida, la justicia social y la defensa de los más débiles y vulnerables”, señalaron.
Puntualizaron que el 6 de febrero de 2019, fue publicada la carta pastoral “Sobre el Testimonio de los Mártires” con el fin de no olvidar su testimonio y “suscitar un profundo deseo de seguir su ejemplo”.
